La actividad turística nacional ha crecido en la última década a ritmo acelerado tomando en cuenta que el sector privado especializado ha efectuado importantes inversiones, en rubros específicos como la hotelería o con el fortalecimiento de servicios especiales de transporte, por ejemplo en el lago Titicaca u otros terrestres en la zona del salar de Uyuni.
La actividad turística ha cobrado mayor importancia con una activa promoción de hechos trascendentales en el ámbito nacional, por ejemplo el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, que atrae a visitantes de diversas latitudes del mundo.
Otros planes de amplitud turística para mostrar la belleza natural de Bolivia en sus cuatro puntos cardinales, o diferenciar sus atractivos en el oriente o el occidente, en cada caso con exclusivas condiciones y excepcional belleza natural, los valles, el atractivo chaqueño, los eventos de folklore y los de orden cultural, belleza de templos, reserva de lugares históricos, o los simplemente naturales, como aguas termales, cumbres nevadas o territorio de sorpresas legendarias son parte de los atractivos que los promotores del turismo profesional mostraron en promociones especiales, recibiendo como respuesta el interés creciente de visitar Bolivia.
Como en otros países donde el turismo es base de su economía, caso de México o España, el Gobierno juega un papel importante al dedicar un alto porcentaje de su presupuesto al cuidado de los atractivos turísticos, de manera especial en lo que corresponde a infraestructura de transporte, con buenas carreteras, servicios ferroviarios seguros, sistema de aeronavegación garantizado y hasta el control de una eficiente infraestructura hotelera.
En el país funcionaba la Dirección Nacional de Turismo, que con variantes en su nominación se encargaba de autorizar, regular y controlar el funcionamiento de los negocios afines al turismo, incluyendo la enorme cadena de establecimientos de hospedaje, los hoteles, hostales, residenciales y otros que si bien son controlados por las alcaldías, el organismo oficial, es el que garantiza la buena atención a los turistas nacionales y/o extranjeros.
Recientemente se ha creado mediante Decreto Supremo 2005 la Empresa Pública Boliviana de Turismo, con una inversión inicial de 68 millones de bolivianos para empezar su labor específica. El justificativo para la creación de la empresa turística gubernamental es la de “promocionar los atractivos turísticos no tradicionales y poco conocidos del país”. Lo que muestra un afán claramente competitivo con el empresariado privado del turismo que con mucho esfuerzo ha logrado imponer circuitos turísticos hacia destinos supuestamente desconocidos.
Sin embargo, no sólo se trataría de la competencia de turismo “receptivo”, sino que también tendrá la libertad de comercializar boletos aéreos nacionales e internacionales, no se aclara si la referencia tiene que ver con apoyar la nueva línea boliviana en franca expansión y posiblemente otras externas.
Para las entidades que actualmente operan en nuestro país y están afiliadas a la Cámara Nacional de Operadores de Turismo Receptivo (Canotur) o la Asociación Boliviana de Agencias de Viajes y Turismo (Abavyt), la disposición gubernamental significa una franca y desleal competencia al sector privado, existiendo el peligro de que la estatal de turismo monopolice el mercado, causando serios perjuicios a los operadores privados.
Se coincide en señalar que el Estado debería tener la responsabilidad de garantizar la actividad turística, trabajando en el cuidado de la infraestructura que necesita esta actividad para mostrar una buena imagen nacional, pero que en ningún caso se convierta en una desleal competencia.
Fuente: LA PATRIA
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