Lunes 09 de junio de 2014
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Muchos animales son criados para fines de investigación, porque los científicos son de la opinión de que los animales no poseen la capacidad de sentir. Esta actitud corresponde a influencias demoníacas que tienen como objetivo deformar la Creación del Creador. Con ello los científicos insensibles persiguen, entre otras cosas, investigar determinadas enfermedades o probar en animales la reacción de medicamentos de reciente creación, detectando cómo reaccionan los animales. Y si los animales reaccionan es porque ellos también sienten. De forma similar a los hombres los animales sienten el sufrimiento, el dolor y también el miedo ante la muerte antinatural.
¿Pueden servir de algo los experimentos con animales cuando las causas de la enfermedad del hombre no se encuentran en su cuerpo, sino en su alma, que es desde donde fluye la enfermedad? Un medicamento que ha sido testado en un animal y que es considerado como apto, no puede curar la causa en el alma de un hombre. Por ello un medicamento no proporcionará ninguna ayuda de trascendencia para el cuerpo, puesto que las causas se encuentran en el alma, y en base a la Ley de siembra y cosecha, ésta se activa y se vierte en el cuerpo humano.