El presidente Evo Morales jugará para Sport Boys. La idea parece simple, ¿pero, la es? Pues tal parece que no, porque ya ha levantado una serie de posiciones y opiniones, favorables unas y contrarias otras.
Aprovechando su investidura, algunos presidentes tratan de cumplir sueños que de otra forma nunca lo cumplirían. Algunos son medianamente sensatos y no provocan polémicas, como el argentino Menem que practicaba varios deportes pero en un marco de recreación y demostración de espíritu deportivo.
Otros como el ecuatoriano Abdalá Bucaram que se mostraba abiertamente fanático de los grandes e inolvidables Iracundos, pero ya ungido presidente se le ocurrió cantar a su pueblo con el conjunto, entonces esto fue tomado como insania mental (léase locura), lo que provocó su rápida remoción del cargo.
¿MOVIDA ELECTORAL?
Consultado el técnico de Sport Boys, don Néstor Clausen, se mostró cauto y dijo que se trataba de "marketing". Claro, habrá que ver qué tipo de marketing. ¿Más y mejores sponsors apoyarán al equipo?, ¿será que la Presidencia misma se convierta en sponsor?
Lo más obvio es que se trata de marketing electoral, sinónimo a estas alturas del tercer milenio del "pan y circo " romano. Ciertamente a las grandes mayorías les convence la idea de ver al líder jugando en un equipo profesional, para ellos el líder puede hacer eso y otras cosas más, entonces el líder es invencible, acaso un semidiós y hay que apoyarlo.
SERIEDAD
Es lo que está faltando al Presidente al encarar esta actividad deportiva. En todos estos años de gestión, su excelencia ya nos acostumbró a verlo jugando al fútbol en encuentros amistosos con motivo de la inauguración de muchas valiosas canchas de fútbol y varios coliseos multifuncionales.
Mientras don Evo juegue dando ejemplo de deportividad y de manera amistosa, nadie se va a molestar y más bien la gente seguirá el modelo, pues nos hace tanta falta vernos en espejos positivos. Un ejemplo lo da el candidato Doria Medina, no sólo promoviendo carreras pedestres (10 K) y maratones, sino corriendo él mismo, pero aclarando que no pretende ganar a nadie sino a sí mismo.
Pero ya ingresar en un campo profesional, sin estar preparado para ello es una falta de respeto a los profesionales del balompié, así lo han dicho algunos entrenadores entrevistados.
¿Cómo jugarán para el presidente los demás jugadores?, ¿tendrán confianza o temor?, y la misma pregunta va para el equipo contrario, pero además ¿cómo van a marcarlo? En fin, definitivamente no es lo mismo. Muchos jugadores se sentirán incómodos, cohibidos y quizás hasta temerosos.
INJUSTICIA
Entre miles y miles de hombres y jóvenes bolivianos a lo largo y ancho del país, en ciudades grandes así como en pueblos lejanos y pequeños existen jugadores de gran talento, de los que muchos vio éste columnista en los centros mineros, por ejemplo; pero que nunca serán vistos por los entendidos entrenadores y entonces morirán futbolísticamente en el completo anonimato.
En cambio el Mandatario, dada su investidura, puede cumplir sueños y aún sin cumplir requisitos. Con 54 años encima será el jugador de mayor edad en la Liga (¿será para entrar al Libro Guinness de récords?), y qué opinarán los comentaristas y relatores deportivos que siempre critican inmisericordemente los 35 o 40 años de muchos futbolistas, ¿podrán opinar libremente?, ¿serán imparciales? Vaya dilema futbolístico el que se nos avecina.
(*) Comunicador Social
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