El mal estado de una carretera por falta de permanente mantenimiento y la carencia de adecuada señalización vertical y horizontal, hacen que cualquier carretera sea un latente peligro para la seguridad del transporte en general, el de servicio público y el particular.
La gravedad de este hecho que marcamos en la nota presente tiene relación directa con el mal estado de varias carreteras que vinculan a Oruro con los departamentos del interior y que por sus malas condiciones convierten un viaje que podría ser placentero en un verdadero suplicio, por sus características de incomodidad e inseguridad.
Los trabajos que se efectúan en la doble vía a La Paz, prolongan un viaje de incomodidad por cinco o más horas, con variantes en la ruta, tramos que no son habilitados convenientemente y por supuesto con un latente peligro por las condiciones propias de un terreno en constante renovación de materiales.
La carretera hacia Cochabamba, por lo menos en el sector que corresponde a la jurisdicción orureña, carece de señalización, pues no puede llamarse tal, a unos contados letreros de ridícula dimensión, cuando en gran parte del recorrido, en pronunciadas curvas, no existen las señales de prevención características en su aplicación internacional.
La plataforma está llena de baches a cual más variados, grandes y profundos, en mitad de la plataforma de rodaje y en los extremos, de modo que los conductores de motorizados, pesados o livianos, de servicio de pasajeros o privados, se ven obligados a realizar maniobras de emergencia para evitar terribles sacudones y posibles daños en los motorizados.
En el sector cochabambino, puede decirse que existe mejor señalización y hay cierto cuidado de la carretera, aunque actualmente se trabaja otra doble vía que altera seriamente el viaje en la zona entre Vinto y Suticollo. Es parte de ese proceso en que se debe aceptar incomodidades para dar paso a mejoras en las vías carreteras.
El horrible panorama se completa en el caso de nuestra ciudad con el pésimo estado de las calles de acceso a la ciudad. Mantenimiento cero, señalización nula, en algunos sitios semáforos mal sincronizados y por lo mismo perjudiciales en lugar de ser instrumentos de facilitación vehicular.
El problema es realmente caótico, desde las calles de acceso hasta la carretera y este factor negativo tiene responsables directos, por un lado los encargados de vialidad ciudadana, dependiente del Municipio, aunque si se habla de la Avenida de Circunvalación y la Avenida 24 de Junio, corresponde a la Gobernación, fuera de esos límites el mantenimiento de las carreteras es responsabilidad directa de la Administradora Boliviana de Caminos (ABC) y su filial departamental, por lo mismo se trata de una responsabilidad compartida que se incumple en igual dimensión.
Accidentes de tránsito, daños en los vehículos, incomodidad para pasajeros en general, inseguridad en los caminos son resultado de los problemas que anotamos al iniciar ésta nota, por el mal estado de las carreteras, carencia de adecuada señalización, horizontal y vertical, incumplimiento en el trabajo de mantenimiento en las vías de integración nacional y en la otra instancia falta de autoridad para disponer y exigir que el arreglo de las calles se efectúe con adecuada dirección técnica que garantice un trabajo eficiente y una obra duradera.
Transportistas y ciudadanía a través de sus organizaciones han expresado sus denuncias y preocupación por las molestias en las condiciones inapropiadas en que se mantienen algunas calles y tramos carreteros.
Fuente: LA PATRIA
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