Hoy desperté con una sensación terriblemente fuerte. Primero mi cuasi homónimo está pasando por un lío medio que no tiene sentido y por otro que veo como no nos queremos descolonizar.
Primero lo primero. El Carlos Fernando Toranzo Roca y valga el nombre completo pues no quiero errores; a él le falta la S en Toranzo y el materno suyo es Roca, el mío Soria. Ambos hemos tenido la costumbre de firmar como Carlos F lo que nos salvo la vida en la dictadura pinochetista. Cuando lo apresaron a él, él les dijo a los tiras que había un error de nombre, él sabía que yo estaba ahí y aunque no coincidimos nunca en vivo, sabíamos uno del otro. Lo soltaron al comprobar que efectivamente había uno con S al final y con Soria de materno. Lo soltaron y se fue a México. Cuando a mi me cogieron dije que el que estaban buscando ya estaba en México y que yo era un protegido de la ONU con acuerdos nacionales e internacionales. Me dejaron y salí corriendo a Inglaterra.
Para los dos, Toranzo y Toranzos fue una salvación el que tuviéramos un tocayo tan cercano. Los pinochetistas, por suerte, dieron crédito a los papeles que tenían consigo. Yo fichado y Carlos Toranzo Roca a punto de serlo. Esta salvación nos acercó humanamente aunque políticamente no mirábamos con el mismo ojo.
Carlos F Toranzo en la UMSA era estudiante, dos años o algo así mayor que yo, y era militante troskista. Yo en mi primer año de filosofía, con militancia política en el ELN y clandestino aunque por decisión del alto mando, debería funcionar como militante marxista independiente en la vida pública. Carlos Toranzo y Carlos Toranzos eran, para los efectos de la lucha universitaria enemigos declarados. Una vez coincidimos en un debate pero sin más talante que los gritos acusadores y sin sustancia.
El exilio nos dio a los dos perspectivas más racionales, los dos por caminos diferentes, llegamos a la misma conclusión: la democracia y la libertad eran los patrones de lucha por una Bolivia JUSTA. Carlos en México terminó sus estudios de economía y yo los míos filosofía en Chile y sociología en Inglaterra. Ambos seguimos por derroteros paralelos y por caminos que se tocaban a veces. Discrepancias hemos tenido, y seguro que tenemos. Yo soy un militante de la revolución boliviana y creo firmemente en el cambio y Carlos Toranzo tambien, quizá lo que nos hace diferentes es el CÓMO llevar a cabo nuestra lucha militante.
Yo soy un ferviente creedor de que en el país hay un proceso de cambio respetable y que ese proceso es un proceso democrático y verás. Considero que Bolivia ahora es una Bolivia nueva donde las oportunidades de los más y de los siempre olvidados están siendo tomadas en cuenta. Toranzo cree en el proceso pero le irrita, seguro que como a todos nosotros, que los que están a cargo de este proceso no dan muestras efectivas de una sociedad democrática y verás, capaz de admitir errores, capaz de enmendar faltas. Un proceso sin arrogancias y con humildad. Es ahí donde coincidimos Toranzo y Toranzos.
Los dos somos parte de una BOLIVIA nueva y pujante, pero a los dos nos irrita que no se abran las puertas de la democracia y no se permita la crítica. El decir que la máscara de pretendida maravilla se ha caído a partir de los casos de corrupción que Toranzo menciona en su artículo; que hay individuos que se han aprovechado del proceso de cambio, lo dijo el mismo Evo, es decir una verdad que no se la puede esconder. La pretensión de que la corrupción no existe es una falacia que nadie la cree, esto no desdice los esfuerzos que se hacen para erradicarla. Que se aprehenden a algunos, es verdad, pero que hay muchos deambulando es otra verdad verdadera.
A Toranzo le pueden hacer un juicio por decir lo que piensa, me parece muy bien, pero que lo hagan por un Tribunal de Imprenta y a la luz de las cámaras y de las prensas. El Toranzos quiere ver que la justicia esté vibrando y que demuestre que está en perfecto estado de salud.
Tomado de BOLPREES.COM
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