Un sabio consejo afirma que al que tiene hambre es mejor enseñar a pescar y no darle directamente el pescado… así explicado un proceso que en verdad se constituiría en una solución a los problemas que confrontan muchos países donde el paternalismo es parte de ciertas acciones netamente políticas.
En nuestro país nos hemos acostumbrado a pensar en las soluciones fáciles, esas que llegan con diferentes rótulos y proceden de “países amigos” pero que tienen sobre todo un trasfondo de acercamiento directo ante la imposibilidad de hacerlo por vías más concretas y humanas de ayuda solidaria sin compromisos
Hay quienes dicen que “no hay regalo sincero… que no espere retribución” de manera muy especial si se da el caso de políticas entre países de economías diferentes, desarrolladas y subdesarrolladas, como sucede en nuestro caso.
A qué vienen todas éstas explicaciones previas, responden a un hecho que se produjo en nuestro distrito al cumplirse otro aniversario del 10 de Febrero. En esa ocasión el Primer Mandatario de la Nación hizo entrega de una importante partida de herramientas por un valor próximo a los 3 millones de dólares.
Según el Jefe de Estado las motobombas, bombas sumergibles, motocultores, carretillas, palas, picotas, fumigadores manuales, lámparas especiales, arados y motosegadoras deben distribuirse en las 16 provincias de Oruro, sus 175 cantones y 35 municipios para favorecer las tareas productivas de campesinos en diferentes áreas y con proyección de mejorar cultivos y productos para la exportación luego de cubrir la demanda interna.
Una acción interesante si además se complementa con la dotación de insumos como semillas, asistencia técnica, mejoramiento de infraestructura caminera y otros detalles que realmente impulsarán el desarrollo de las comunidades.
La parte más significativa de la inversión gubernamental, aclarando que la misma no es un crédito y más bien se trata de “un regalo” para el movimiento campesino, constituye la recomendación para que los trabajadores agrarios trabajen, produzcan más, mejoren sus propias condiciones de vida y abran el camino para vender sus alimentos en el mercado local, nacional y al exterior, un objetivo que al cumplirse en la intención expresada elimina esa parte que siempre hizo daño a nuestros campesinos, la ayuda paternalista, el discurso y las medidas meramente políticas sin ningún sentido pragmático.
No hay que olvidar la acción revolucionaria que significó la Reforma Agraria, la tierra es de quien la trabaja, y lamentablemente todavía hay campesinos sin tierra y otros que la tienen pero no la trabajan.
Hay que incentivar la conciencia de nuestros campesinos para que hagan buen uso de su tierra y de sus herramientas de manera tal que contribuyan con su esfuerzo al progreso de la región y del país.
La buena intención del Presidente puede ser el comienzo de un nuevo modelo de ayudar pero enseñando al necesitado “que aprenda a pescar” y no esperar dádivas o apoyos que mantienen a nuestros campesinos aletargados y políticamente dominados.
Fuente: LA PATRIA
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