Sábado 31 de mayo de 2014
ver hoy
Mi madre una mujer sencilla y bien entendida,
Con su humildad da a
ofrecer sus días incansables,
Desprendiéndose de la
ignorancia y las vicisitudes,
Resignada busca sus que
haceres diarios sin ira,
Que le dan más vida, sin más prisa que su andar lento,
Ahorrando su energía con sus métodos sabios
De ella aprendía su paciencia, en su mirada comprensiva
De la vuelta del herido,
que sigue mansa con su dolor,
En busca de remedios y nuevas hierbas que destilar,
Disfrazando la monotonía del día y la noche engorrosa,
Alzando los brazos para
esgrimir y dar sentido la
razón de existir,
Con lo poco que cosechó,
después de muchos desvelos…