Viernes 30 de mayo de 2014
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El poder del amor, son dos fuerzas aparentemente contrarias, poco comprendidas y aplicadas en nuestra sociedad, estas fuerzas permiten afrontar y solucionar problemas generados por nuestros propios actos que a veces suponen procesos complejos de convivencia social.
El poder, se define como la capacidad de alcanzar un propósito individual. Y el amor como fuerza matriz hacia la unidad (de lo separado), ambas fuerzas son parte inseparable de la naturaleza humana.
El poder del amor que emana de Dios y la energía interna del ser humano, permite a una persona interactuar independientemente del otro a través de las dos fuerzas, puede mejorar su vida y la de su familia mediante dos tipos de acciones: la primera acción permitirá ayudar a disminuir el distanciamiento entre el pensar y actuar, todos saben lo que está bien o mal.
Sin embargo, frecuentemente actúa diferentemente a como se piensa, actitud negativa agudiza la crisis familiar, social y ambiental a veces con consecuencias inevitables para los seres más indefensos, la niñez, la tercera edad y la Madre Tierra, estas dos fuerzas empujan subjetivamente a reparar el daño mediante una acción directa del poder del amor que conlleva todo ser humano. Y la segunda acción, permite a la persona mudar el yo hacia el prójimo para sobrellevar el dolor, disipar el temor, evitar la contención, perdonar libremente, ayudar a los demás y renovar la fortaleza para ejercer funciones y roles en bien de la familia y la sociedad.