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Domingo 25 de mayo de 2014

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Cultural El Duende

El pintor que murió al atardecer

25 may 2014

El tiempo siguió rodando, los cerros se hacían más viejos y el único que permanecía inmutable, sólido como la eternidad, era el Illimani. Luego, llegó la noticia de que Guzmán de Rojas se había suicidado el 14 de febrero de 1950. Quisimos seguir sus huellas, y fuimos recordando su postrer camino. Llegamos al pequeño muro derruido donde se sentó a observar la tarde agonizante. El paisaje era imponente. Era la última visión que debía llevarse un verdadero artista. Las montañas nevadas, al fondo una ronda de cerros grises y desnudos. Una romería de nubes de color rondaban sobre la altiplanicie.

Guzmán de Rojas debió sentir el cansancio de vivir. No dejó ninguna explicación ni hubo un motivo aparente para terminar la jornada en forma tan terrible. Tal vez, en uno de sus tremendos altibajos de su carácter, sintió que era inútil seguir adelante, que estaban cerrados todos los caminos y que sólo quedada una etapa más que descubrir. El potosino, de quien se dijo alguna vez que había descubierto un tesoro, defendido por obispos muertos hace siglos, se fue voluntariamente de esta vida, sin apresuramiento ni pena…

Guillermo Céspedes Rivera. Periodista.

Suplemento Literario de “El Diario” – La Paz 1969.

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