Jueves 22 de mayo de 2014
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Editorial y opiniones
El poder eterno: un objetivo inaceptable
22 may 2014
Por: Marcelo Ostria Trigo
“Las reelecciones indefinidas son parte de una cultura política basada en la supuesta existencia de líderes providenciales que debería ser abandonada” (Editorial de La Nación, Buenos Aires. 15.05.2014). Esta tendencia no es reciente; es antigua. Ahora la siguen los caudillos populistas que creen –y se les hace creer– que son insustituibles, indispensables e imprescindibles para su país, como pensaban los monarcas absolutos (“L´État, c´est moi”: Luis XIV), y pretenden hacer creer que es legítimo conservar indefinidamente el gobierno. Inclusive llegan a aceptar resabios del comunismo en su peor expresión, como el de la dinastía norcoreana y a dictadores feroces como el sirio Bashar al-Asad.
Habrá que recordar que en Bolivia entre 1985 y 2006, hubo seis elecciones generales, y en todas, resultó triunfante la oposición. Parecía así que se había consolidado, “la alternabilidad en el poder a través de elecciones periódicas, libres y justas…” (Carta Democrática Interamericana). Ya no se veía como inevitable aquello de que el “caballo del Corregidor nunca pierde”. Pero ya asoma el continuismo, muy parecido a la llamada “democracia del cero votos” de los años 50 y 60 del siglo pasado.