La estimación de la autoridad responsable de epidemiología en el Servicio Departamental de Salud (Sedes) señala que en la ciudad existe la cantidad aproximada de cien mil canes, sin embargo, aclara que ese dato debe ser corroborado por un censo de mascotas para establecer con claridad la cantidad real de la población canina.
De principio es alarmante la cantidad de “mascotas”, entendiendo que en esa categoría por así decirlo, se consignan los perros que tienen dueño y por lo mismo están en tal condición, otra situación sería la de los perros vagabundos que en peligrosas jaurías transitan en el mismo centro de la ciudad y con mayor agresividad lo hacen en los barrios periurbanos.
El asunto es el establecimiento de la cantidad más aproximada de canes que pululan en la ciudad, los vagabundos, que necesariamente son los más peligrosos por agresivos y por el riesgo de transmitir el mal de rabia como ya se reveló más de un caso, por lo mismo el cuidado debe estar dirigido a esos “pichichos sin control” humano. Las mascotas de algún modo tienen cierto cuidado, aunque si están en las calles son igualmente peligrosas.
Se sugiere realizar un censo que por supuesto sería muy revelador para saber la cantidad de perros que se pueden contar, pues los vagabundos sólo pueden ser parte de esa “estimación aproximada”, aunque si se habla de cien mil mascotas, un número aproximado o mayor tendría que ser la que corresponde a los callejeros y esa es la mayor situación de riesgo para la población civil, especialmente los niños y ancianos.
Desde el Sedes se recomienda al Gobierno Municipal realizar campañas masivas de esterilización canina de canes machos o hembras, lo que podría ser un factor beneficioso para frenar la proliferación perruna, pero en todo caso no es la solución al problema mayor de la circulación de estos animalitos en gran cantidad y en toda la ciudad. Se necesitan otras medidas pues se trata de cuidar la salud de personas, evitando riesgos de lamentables consecuencias.
El Centro Municipal de Zoonosis, que cuenta con 40 caniles no da abasto a la permanencia de mayor número de visitantes temporales, esto significa que en esa instancia de control algo tiene que hacerse con mascotas extraviadas y recogidas en la perrera comunal, donde se ha indicado que los propietarios de esas mascotas deben recogerlas en un periodo no mayor a 24 horas, de lo contrario serán “dadas de baja” aún frente al reclamo de los defensores de la vida de los perritos, sin embargo el grave problema de la población de canes vagabundos continuará latente.
Ahora bien, existe una alerta sanitaria y consiste en el cuidado de mascotas, que no deben estar en las calles y deben ser vacunados contra la rabia cuando se cumplen campañas y aún posteriormente, si el dueño lleva al animalito al centro de vacunación, lo que no siempre es posible cuando se trata de mascotas de cierto tamaño y cuyo traslado resulta dificultoso, en estos casos que con seguridad son muy pocos sería conveniente una movilización de vacunadores a pedido expreso en algunos domicilios, sólo así se cumplirá los fines de prevención segura.
El gran tema del momento actual es que existen problemas tanto en el Sedes como en el Municipio para encarar seriamente el control de la creciente población perruna que pone en riesgo la integridad física y la salud de la ciudadanía. Más de cien mil perros sueltos es un atentado a la seguridad de las personas.
Fuente: LA PATRIA
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