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Sábado 17 de mayo de 2014

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Terapia para la mente y el sentimiento

17 may 2014

Por El Alquimista

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Normalmente, la mente vive accionando y reaccionando permanentemente de acuerdo con los impactos del mundo exterior; comparemos esto con un lago al cual lanzamos una piedra. Veremos cómo produce muchas ondas que van desde el centro hacia la periferia; es la reacción del agua contra el impacto proveniente del mundo exterior. Algo análogo sucede con la mente y los sentimientos, si alguien nos hiere con palabras duras, ese impacto de la palabra dura llega al centro del intelecto o centro pensante y desde allí reaccionamos en forma violenta. Si alguien nos ofende el amor propio, nos sentimos molestos y reaccionamos posiblemente en forma brutal.

En todas las circunstancias de la vida, la mente y el sentimiento toman parte activa y reaccionan incesantemente. Lo interesante sería, no darle oportunidades ni al sentimiento ni a la mente. Es urgente tener una mente pasiva y esto naturalmente molesta a los mentalistas de todas partes. La mente pasiva está en contra de todos aquellos que dicen que en la mente está el poder y que el hombre debe ser el rey, el que manda, y el que domina con su mente poderosa. Son sofismas de los mentalistas como aquel de que el que aprende a manejar la mente va tan seguro al triunfo como la flecha del viejo arquero. Al fin y al cabo, no son más que sofismas extractados de las fantasías intelectuales que no tienen ninguna forma esotérica.

No pensar es la forma más elevada del pensamiento. Cuando el proceso de pensar se ha agotado, adviene lo nuevo; esto hay que saberlo entender. Una mente que no proyecte, una mente pasiva puesta al servicio del Ser, resulta un instrumento eficiente, porque la mente está hecha para ser receptiva, para servir de instrumento pasivo, mas no de instrumento activo.

La mente en sí misma, es femenina, y todos los centros energéticos deben marchar armoniosamente de acuerdo con la sinfonía universal de la serenidad pasiva. En estas condiciones, no debemos permitir ni a la mente ni a los sentimientos, tomar parte de las diversas circunstancias de nuestra existencia. Pensamos que los sentimientos pertenecen al Ser, pero con la investigación y la experiencia se verifica que pertenecen al Ego y que están íntimamente relacionados con el centro emocional inferior.

La terapia que necesitamos conocer a fondo para evitar cualquier desequilibrio interior con repercusiones exteriores es no permitirle a la mente ninguna clase de reacción; si alguien nos hiere, no permitirle a la mente que reaccione; cada vez que alguien pretende herir nuestros sentimientos podemos entrenarnos mucho mejor, porque tendremos muchas oportunidades de no permitirle a la mente ni a los sentimientos que reaccionen, es decir, que no intervengan ni se metan en ninguna de las circunstancias de nuestra vida.

Es claro que el estado pasivo de la mente, del sentimiento y de la personalidad, exige una tremenda actividad de la Consciencia. Esto nos indica que cuanto más activa permanezca la Consciencia, mucho mejor para lograr el despertar de la misma, porque así la Consciencia tendrá que despertar inevitablemente estando en permanente actividad.

Recordemos al Buddha Gautama Sakyamuni. En cierta ocasión, estaba el gran Buddha sentado al pie de un árbol en profunda meditación, cuando llegó un insultador, echó contra el Buddha toda su baba difamatoria, procuró herirlo tremendamente con la palabra. El Buddha continuaba meditando, mas el insultador seguía provocando, insultando, hiriendo. Mucho rato después, el Buddha abrió los ojos y preguntó al insultador: “Oh hermano mío, si a ti te traen un regalo y tú no recibes el presente, ¿de quién queda siendo dicho presente?” El insultador respondió: “Pues mío, claro está”. Entonces le dijo el Buddha: “Hermano mío, llévate tu presente, no puedo aceptarlo”. Y siguió meditando.

He ahí una lección tan sublime y tan hermosa. El Buddha no permitió que su mente ni sus sentimientos reaccionaran, porque el Buddha vivía plenamente despierto metido dentro de su propia consciencia y no daba la menor oportunidad ni a la mente ni a los sentimientos para reaccionar en ningún momento, ni bajo ninguna circunstancia. Así es como debemos proceder nosotros, si queremos liberarnos de los grilletes de la mente sensual y de las emociones inconscientes.

(Extractado de las: “Enseñanzas Fundamentales sobre la Meditación” del V.M. Maestro Samael Aun Weor, publicadas en: “El Quinto Evangelio”)

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