En días pasados el propio Ministro de Gobierno vertía unas palabras de vital importancia hacia los medios de comunicación, reconociendo el estado lamentable el que se encuentra nuestro sistema judicial.
Olvidando mencionar algo también de vital importancia que le hace aun mucho más daño a nuestra justicia, que precisamente infringen los propios representantes de la ley: "discriminación y prepotencia". Que los administradores muestran a diario para con los ciudadanos.
Cuando usted, asumía como Fiscal General de la nación afirmaba: "A partir de la fecha todos los Administradores de la Justicia del país, trabajarán con absoluta transparencia, con procesos ágiles y rápidos". De ese entonces a la fecha de su gestión Dr. Guerrero Ud. Mismo en persona se queja sobre "Retardación de Justicia". (Caso Soza).
Se imagina en esos litigantes (víctimas) comunes y corrientes de término medio, que por ser eso precisamente no saben a qué autoridad recurrir para presentar su reclamo sobre la total "Ausencia de Justicia", de la cual son víctimas.
Que al comenzar su proceso lo hacen ilusionados creyendo en nuestra justicia como todo boliviano, sin sospechar por un solo momento que están iniciando un largo trecho de tormentos que se convertirá en su vía-crucis. Donde tropezarán con malos profesionales de la Justicia, que de principio los engañarán, administrando a su ubre criterio las reglas de Justicia. Vivirán, sufrirán en carne propia:
"Despotismo, discriminación, cinismo", tendrán momentos en su vida en la que se encontrarán indefensos sin ninguna posibilidad de beneficio alguno. Mucho menos con la facultad de reclamar y exigir sus derechos fundamentales porque estos son vulnerados por los propios representantes de la ley. Aparte de los delincuentes.
Cansados de esperar que lo escuchen a uno, y ante este drama vivido, se arman de valor para presentar su reclamo a una instancia superior (Fiscal de Distrito). Comienza otro drama, y es para no creerlo, después de esperar por varias horas para que esta autoridad lo reciba a uno, de entrada lo recrimina con una frase inquisidora que lo confunden a más: "Tiene Ud. Tres minutos para explicar su reclamo".
Esto señor Fiscal de la Nación se llama "discriminación", que es la madre de todos los delitos, en especial el de la retardación de justicia.
Es bueno preguntarse, ¿El artículo 133 del procedimiento penal es solo teoría? Cuando esta autoridad como ministerio público porque así lo manda la Constitución Política del Estado, está obligada a escuchar a la víctima, orientarla y sobre todo darle confianza, investigando el delito con total transparencia, ¿También es solo teoría, como muchas otras?
Lástima que la codicia en nuestro país sea más fuerte que la moral.
Doctor Ramiro Guerrero Ud. se está equivocando de extremo a extremo, no es cuestión de reunirse con sus "fiscales" urge que se ocupe de algo más serio, como es, no vigilarlos sino supervigilarlos.
Para esto tiene que conformar un ente, compuesto por inspectores de élite, que se den a la tarea de fiscalizar los predios de justicia y de manera especial todas las fiscalías del país.
Que estos inspectores estén encima de ellos, interrogando a los litigantes, preguntando a los fiscales cuántos procesos existen en sus oficinas, sobre todo preguntar qué edad tiene este proceso y cuánto aquel. Con toda seguridad descubrirán una corrupción sin límites. Con dos tipos de proceso. Uno, de corta vida, que a su alrededor giraron bonos económicos de fuertes sumas de dinero, con un juicio ganado por el que tiene más. Otro de larga vida por culpa del factor económico duerme el sueño de los justos.
Señor fiscal los llamados a ocupar estos puestos de inspectores tienen que ser, como norma, gente idónea, que quiero creer, que todavía existen en nuestro país, serían los universitarios del último curso de las facultades de derecho.
Próximos a ejercer su profesión y en busca de puntuaciones, como de sus tesis, estos serían nombrados fiscalizadores.
Lo más positivo de todo esto sería que estos universitarios, futuros administradores de nuestra justicia, estarían siendo testigos presenciales de lo corrupto que es nuestro sistema judicial. Con la esperanza de que ellos no lo sean.
De concretarse este proyecto, estemos seguros que estos inspectores se convertirían en los artífices del cambio en nuestra sociedad a todo nivel.
No olvidemos que un país con justicia es "Un País con progreso".
¿Utopía?, puede ser, pero urge hacer algo por la justicia de nuestro país que ya tiene un perfil demasiado bajo y por esta sociedad que se desmorona a diario. Como bien reza el título de este articulo: "Peldaños de la justicia corroídos por una nefasta corrupción".
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