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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 “Valor agregado” - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Son tiempos pre-electorales cuando menudean promesas de lo más variopintas y discursos acalorados que mezclan sin pudor términos técnicos con anhelos; por eso quiero referirme a dos temas específicos que tienen que ver con el sector minero tan venido a menos y que espera por años la aprobación de su ley sectorial. Descubrir yacimientos minerales con satélites y agregar valor a nuestra producción minera superando el actual modelo primario exportador, han sido temas recurrentes en corrillos y palestras de todo tipo y se han fijado en el subconsciente de la gente que sueña su viabilidad. Magnífico como instrumento y herramienta, el usar imágenes de satélite en exploración de minerales data de los años 70, cuando se acuñó el término Percepción Remota para la interpretación indirecta de las características geológicos del planeta, y desde entonces el desarrollo de la tecnología satelital ha sido vertiginoso y hoy se puede encontrar en el mercado imágenes de cualquier área del planeta con una definición de centímetros, con una gama espectral amplia para cualquier detalle que se desea resaltar y aún para penetrar – al estilo de una ecografía – las capas más cercanas de la corteza. Pero, de ahí a poder descubrir un yacimiento aún con esta tecnología, hay un largo camino a recorrer donde el geólogo y las técnicas clásicas de exploración terrestre son irremplazables.
El otro tema, de alto valor propagandístico usado en muchos discursos, es afirmar que al fundir nuestros minerales ya estamos industrializando y agregando valor a la producción. En el peculiar mercado de minerales y metales – que no controlamos -, concentrados, amalgamas, bullones, barras, lingotes y aún los que últimamente se clasifican como “desechos y desperdicios” de metales preciosos, se cotizan por el contenido fino del metal a comercializar y no por su estado físico. Se paga el metal contenido y se castigan las impurezas y tanto vale una onza de oro de un concentrado de arenas de río ó una de un lingote; de tal manera que el famoso “valor agregado” en las transiciones metalúrgicas no pasa de ser un cliché. Sin embargo, cuando procesos de fundición y refinación pueden separar algunos metales menores contenidos y/o acompañantes del metal principal, generalmente de alto valor comercial por sus aplicaciones tecnológicas (Ej. galio, indio, cadmio de nuestros concentrados de zinc, plomo, plata); cuando se combinan metales para obtener productos industriales primarios como el acero crudo (hierro y carbón) ó, cuando el oro se trabaja junto con piedras preciosas en joyas y orfebrería, si estamos agregando valor al producto final.
Ahora bien, explorar usando imágenes satelitales, obtener metales y separar sus acompañantes nos acerca a nuestro añejo anhelo de dejar atrás el modelo primario exportador que nos acompaña más de dos siglos. Las ventajas inherentes al ahorro en transporte, fletes, manipuleo y aranceles y la posibilidad cierta de iniciar una cadena productiva de productos semi-acabados y acabados en el país justifica cualquier esfuerzo. Sin embargo hay que ser mesurados en los discursos y tener en cuenta que los mercados de metales clásicos (plomo, zinc, cobre estaño, antimonio etc.) son hoy muy competitivos y con precios volátiles; entonces, la alternativa de producir y comercializar metales de mayor valor (oro, plata, platino, cromo, cadmio, columbita, litio, etc.) puede ser el único camino real para el cambio de paradigma.
(*) Ingeniero Geólogo
ex Ministro de Minería
y Metalurgia.
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