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Domingo 11 de mayo de 2014

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Revista Dominical

OPINIÓN LITERARIA

Gabriel García Márquez: ¿máximo representante del realismo mágico o surrealismo?

11 may 2014

Fuente: LA PATRIA

Por: Aníbal Abel Alarcón Caparroz - Poeta y Escritor

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Antecedentes

Si nos referimos de una u otra manera a un mundo imaginario y nos detenemos a analizar que lo real no es otra cosa que un pasaje al surrealismo donde imaginariamente pensamos y soñamos adentrándonos a mundos y realidades deferentes, en forma fugaz e indescriptible y otras realidades que se plasman en la mente en forma abstracta unas veces hasta maravillosa otras veces; entonces…, luego empezamos a comprender que el entorno que nos rodea había sido diferente a la imaginación, a lo creado por la mente. Eso es precisamente, todo ese mundo imaginario traducido en cuentos, novelas obras y relatos es lo que muestra una diferencia de lo común a lo extraordinario, entonces el escritor con la potestad infranqueable de su memoria, plasma casi en hechos y realidades en magistrales relatos y correlatos considerando que la imaginación propiamente dicha, no es sino una especie de instrumento poderoso o cuasi poderoso para la elaboración de la realidad y que por ejemplo (por decir algo), una novela o un cuento sería la genuina representación cifrada en memoria de la pura realidad en que se desarrolla ésta. Esa es la esencia que hace que García Márquez en relación a otros autores y escritores creando un mundo diferente pero al mismo tiempo tan semejante a lo cotidiano, pero… totalmente opuesto a ello, técnicamente es una realidad en la representación de lo verdadero y de lo irreal. De alguna manera plasma con la destreza que es única en él, una realidad en la que los límites de los dos conceptos (verdadero e irreal), o lo fantástico se juntan y al mismo tiempo se desvanecen muy naturalmente.

¿Qué es el surrealismo?

Para comprender mejor lo manifestado hasta aquí, el surrealismo es el esfuerzo para sobrepasar lo real, por medio de lo imaginario y hasta lo irracional, es la capacidad de la mente pero dentro de la realidad por descubrir y adentrarse a mundos diferentes, pero dentro de la realidad, es decir, el mundo que nos rodea, es cómo vemos el cosmos (cosmovisión), pero en escalas o etapas diferentes muy alejadas a nuestra realidad, inclusive creando personajes lineales o circulares de ficticios o irreales a verdaderos y hasta con vida cotidiana. Los personajes lineales no tienen vida no se mueven; mientras que los personajes circulares hasta se mueven y les damos vida y pueden hablar y sonreir, entonces el surrealismo es el movimiento literario y artístico que intenta expresar el pensamiento puro con exclusión de toda lógica o preocupación moral y estética mientras que el concepto de “realismo”, es muy vago; dice: es una doctrina filosófica que consiste en ”considerar las ideas generales como seres reales”, ahí nos muestra que ambos conceptos tienen vasta relación de interpretación con lo que hemos descrito hasta ahora.

La escritura de ficción es un acto hipnótico

Tomando en cuenta que la ficción es la creación de la imaginación; es decir, un mundo imaginario hábilmente trasladado a la realidad virtual mediante la literatura descriptiva en fusión con otros aspectos relativamente de orden hipnótico, transportándose hacia realidades ficticias, acompañada subjetivamente de fenómenos que constituyen un sueño artificial cuasi provocado por la excesiva concentración mental. Otra ciencia que acompaña en forma sustantiva a la innata creatividad del escritor; al mismo tiempo es la técnica de escribir en forma llana pero metódica, con el infaltable diccionario ortográfico y desarrollando línea a línea el argumento a describir, porque una cosa es la inspiración y otra cosa es el argumento; es decir, hay que saber cómo contar al lector. Todo ello, se resume como el arte de la memoria.

La memoria realista o magia

Llenar hojas y más hojas con historias, premoniciones, augurios y signos, relatos de tanta influencia literaria, pues dichas inspiraciones de “modo original”, de forma en que el escritor describía lo extraordinario como algo perfectamente natural cuando contaba historias y sin importar cuán fantásticos o con cierta alegoría o improbables fueran sus relatos, siempre los refería como si fueran -per sé- una verdad irrefutable y ahí está la fantástica como lúcida memoria, por cierto realista hecha magia a todo dar entremezclada de un arte eternamente fingido produciendo por medio de un sinnúmero de frases, versos y extensas como ordenadas oraciones entrelazadas en forma perfecta produciendo verdaderos efectos maravillosos enriqueciendo al mismo tiempo la sintaxis al escribir, lo que denominaríamos el arte de escribir lo que la memoria le dicta.

Ninguna ficción es totalmente elaborada

Conociendo que recurrir a la ficción se requiere de muchísima imaginación previa (entre comillas y subrayado), preparación de cierto tema o argumento para que la narración sea asimilable y extensamente entendible para el variado criterio del lector, entonces para complementar (como se ha mencionado en otro renglón), mediante la técnica de la escritura se procede a intercalar con la realidad virtual en una narrativa subliminal atrayente que encierre dentro de sí, inclusive el misticismo de la obra a desarrollar, para aproximarse al mundo real con ribetes u orlas de orden ficticio, sensación que demarca dos realidades diferentes, inimaginables con su mente pudiendo expresarse mediante las letras en forma subconsciente mediante metáforas alegóricas que adornan el sumun del contenido literario. Por otra parte, adopta entre varias opiniones agolpadas en su memoria, cosas inimaginables que se acomoden al entorno de la redacción, proporcionando lo mejor y convincente en forma genérica y ecléctica

El periodismo como género literario

Su primer cuento, La tercera resignación, fue publicado en 1947, en un periódico liberal de Bogotá llamado El Espectador. Un año después, empezó su trabajo de periodismo para el mismo periódico. Sus primeros trabajos eran todos cuentos publicados en el mismo periódico desde 1947 hasta 1952. Durante estos años publicó un total de quince cuentos.

Gabriel García Márquez quería ser periodista y escribir novelas; también quería crear una sociedad más justa. Para La hojarasca, su primera novela, le llevó varios años encontrar un editor. Finalmente se publicó en 1955, y aunque la crítica fue excelente, la mayor parte de la edición se quedó en bodega y el autor no recibió de nadie ni un céntimo por regalías, señala que “de todo lo que había escrito, La hojarasca fue su favorita porque consideraron que era la más sincera y espontánea”.

Fuente: LA PATRIA
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