Un día nos preguntaron cuando niños, qué es lo que querían ser… sin pensarlo dos veces respondimos – ¡periodista! Nos contestaron – pero el periodista nunca podrá ser rico, sus sueldos son tan bajos que no les alcanza para mantener a sus familias, piden limosnas a las autoridades y se venden por unas cuantas salteñas – Miré a esa persona que obviamente no sabía nada de ser periodista y le dije – cuando sea uno de ellos comprobaré si es verdad…
Pasó el tiempo y nos tocó interpretar esta historia con guitarra, nunca imaginamos que el ser periodista era lo más maravilloso del mundo, es como un pez que está en el agua…
Desde nuestra función, ayudar a la gente y sobre todo descubrir que sin ser autoridad, se puede hacer mucho más que ello… Se puede derribar gobiernos cuando estos atentan contra el pueblo y trabajan solo para sus intereses… Descubrimos que el periodista puede ser el psicólogo de los oprimidos, la cura para los enfermos, el amigo para los desposeídos, el enemigo para los gobernantes, la piedra en el zapato para aquellos que se creen intocables por el poder económico, político o social que poseen…
Se pueden romper los esquemas de estructuras de grupos que atentan contra la dignidad de las personas… Para ello no se necesita tener armamento bélico, solo dos elementos fundamentales, la palabra y la verdad…
Una vez me dijeron – hay una conferencia de prensa, habrá salteñitas – a lo que respondimos– ¡al diablo con sus salteñas!, muchas gracias por la invitación, pero no iremos, en otro momento buscaremos a la persona que necesita difundir su actividad.
Otro día dijeron – por favor no saques esa nota, te pagaremos por ello – tamaño error… salieron vendiendo almanaques, porque la dignidad del periodista es invaluable, no tiene precio, ni el oro, ni los billetes alcanzarían para comprar la conciencia nuestra (obviamente que no todos actúan así).
Si bien hacer periodismo es una pasión, el lado negro, es quizás estar solo, porque en la casa, la familia, la novia, la enamorada no comprenderán jamás que el periodismo es sinónimo de servicio social, estar al lado de los más necesitados, de los oprimidos, de los doblegados, de los frustrados; pero también significa aportar al desarrollo de una región, de una ciudad, construir con conceptos el futuro de los niños… Es el arquitecto de la palabra para engrandecer Bolivia, sin embargo, muchas veces no se entiende aquello…
En fin, esas situaciones pasan y muchas más que solo un verdadero periodista irá descubriendo con el tiempo, el riesgo constante de su vida cuando hay un enfrentamiento; para reflejar los hechos desde el lugar mismo del suceso, pone el pecho como un verdadero héroe, mientras de un lado y del otro, llueven dinamitas, cápsulas de gases lacrimógenos, balines de goma, piedras, hasta balas… Si hay que caer en la lucha, pues habrá que hacerlo con valentía, porque para eso nacimos…
El único consuelo es que mediante el trabajo del periodista, se solucione un problema, se haga justicia de la injusticia, se ayude a los desprotegidos y se cobije con la palabra las hazañas de la humanidad.
Pasó tanto tiempo y las palabras de esa persona que se opuso a esta vocación, quedaron simplemente en saco vacío… porque ahora afirmamos con orgullo, que gracias a Dios, eso no había sido…
Pueden decirnos locos, no importa; pueden decirnos pobres, no importa; pueden decirnos muertos de hambre, no importa; pero lo único que no podrán decir, es que pusimos todo en esta vida para luchar por la sociedad que tanto lo necesita, nunca de los jamases disfrutarán de la pasión y el sentimiento que se tiene para hacer este trabajo, porque es el más bonito del mundo, le pese a quien le pese…
Felicidades periodistas, a los verdaderos periodistas, no aquellos que se agarran de este oficio solo para sus intereses… El 10 de mayo nos compromete a seguir caminando al lado del pueblo para engrandecer siempre ésta linda tierra, llamada Bolivia…
(*) Periodista
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