Viernes 09 de mayo de 2014
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Los periodistas orureños tenemos por siempre grabado en el recuerdo la visita del Papa Juan Pablo II, a quien tuvimos la dicha de saludarlo en el aeropuerto “Juan Mendoza”, ni bien descendió del avión.
Pasan muchos años de aquel acontecimiento, porque el prelado de la Iglesia Católica, sintió en carne propia los avatares de la vida en la que todavía estamos sumidos los bolivianos.
El Pontífice quedó gratamente impresionado al ver cómo un pueblo trabajador, llenaba toda la explanada y alrededores del centro aéreo, para recibir su bendición, algo inolvidable, porque su portentosa figura, nos mostraba al Apóstol de Dios como el Sembrador de Esperanza.
Aquel 11 de mayo de 1988, el Magistrado Sacerdotal, se vió henchido de orgullo al recibir de manos del señor alcalde Municipal, don Jorge Barrientos, las llaves de la ciudad y dar la mano al prefecto José Zapata; al presidente del Concejo Municipal Carlos Börth y al presidente de la Corporación Regional de Desarrollo, Humberto Mallo.
El Obispo de Roma, no podía ocultar su preocupación cuando un trabajador del subsuelo le puso el casco de minero y un ama de casa le mostró la olla vacía, como una demostración de los difíciles momentos que se pasaba por las transformaciones que imponía la democracia después de un largo periodo de dictadura militar.