Jueves 08 de mayo de 2014

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Ignorar los factores que condicionan la derrota y exponerse a ella a sabiendas, no es de gente que aún ve y puede razonar un poco. Del lado de la oposición, la caída parece inevitable. Del otro, un Goliat se propone mandar a la lona a los “liliputenses” (diminutos) en el primer asalto. Dizque no le aguantarán ni un acully: un golpe al estilo cocalero del Chapare.
Con un detalle original: el Rambo político que tienen al frente es una hechura de ellos, los opositores; ellos lo hicieron con sus manos. Nadie le brindó una colaboración tan eficaz al peligroso adversario. Los testimonios están a la vista, sería largo siquiera mencionarlos. Pero el más importante es la ingenuidad de haber caído en la “estrategia envolvente” para legitimar la Constitución “chuta”. Con ella vino la segunda reelección en paquete. (“yo les hice otra trampa mejor”).
Ya son como media docena los candidatos. ¿Qué les sostiene en ese inútil empeño? ¿La vanidad de publicitarse como presidenciables? Si los sondeos son verosímiles, la suma de los votos de todos no llega ni a la mitad de la votación potencial del jefazo. Sin embargo, el 30 % de los encuestados no votaría por ninguno. El mensaje es clarísimo: la única alianza válida es la que aglutine a todos en una sola fuerza electoral y con una figura política nueva como candidato, cualquier otro tipo de alianza no sirve.