La carta esperada que nunca llegó a las manos del coronel
04 may 2014
Por: Dehymar Antezana
“El coronel no tiene quien le escriba” es la segunda inspiración de Gabriel García Márquez (+) publicada en 1961, cuya novela tiene una riqueza narrativa impresionante, que refleja la decepción y la esperanza de recibir una carta en la cual estaría la respuesta a los problemas económicos del personaje principal, como es el coronel.
Pero a su vez la historia gira en torno a un gallo de pelea, que sería la puerta para salir de sus problemas económicos, pero que también sería la causa de la muerte de su hijo Agustín, quien falleció a tiros en la gallera.
La novela se desarrolla entre octubre de 1956 y 1957 en un pueblito de Colombia, pero que no tiene nombre, al igual que el coronel, su esposa, el médico y el gallo, los dos primeros personajes principales de la trama y los dos segundos personajes secundarios, además de otros como don Sabas, su compadre; la esposa de don Sabas, el abogado, el hombre del correo, Germán el amigo de Agustín hijo fallecido del coronel, Álvaro y el Alcalde del pueblo.
DESCRIPCIÓN
La novela se inicia con la siguiente descripción: “El coronel destapó el tarro del café y comprobó que no había más que una cucharadita. Retiró la olla del fogón, vertió la mitad del agua en el piso de tierra, y con un cuchillo raspó el interior del tarro sobre la olla hasta cuando se desprendieron las últimas raspaduras de polvo de café revueltas con óxidos de lata”.
Posteriormente, comienza la historia y el diálogo permanente con su esposa, quien en forma constante recuerda a su hijo Agustín, que según ella, el gallo fue culpable de su muerte durante una pelea, sin embargo, era a causa de las transmisiones de información clandestina en la gallera.
El coronel iba todos los viernes al puerto, porque era el día que llegaba el correo. Tenía la ilusión constante que llegaría la carta que le sacaría de sus problemas económicos, como era el pago de una renta por su participación como militar cuando era joven, pero aquel hecho nunca sucedió.
El coronel pese a su paupérrima situación económica y de los milagros que hacía para conseguir dinero para alimentar a su gallo, tiene un sentido del humor excepcional, que muchas veces desconcertó a su esposa, que de alguna manera, ella también pese a su enfermedad (asma) trataba de conseguir el pan del día, con préstamos.
Como diría el dicho: “La esperanza es lo último que se pierde”, y el coronel batalla en busca de dinero, al punto de vender casi todas sus pertenencias, con excepción de un cuadro y un reloj, que ninguno de sus vecinos quiere comprar, pero en contrapartida, son los amigos de su hijo, quienes casi al final de la historia se encargan de alimentar al gallo.
En una de sus salidas, el coronel escucha gritos en la gallera y sorprende a su gallo, en la etapa de práctica, pero que no da señales de asumir pelea, por lo que es derrotado y luego rescatado por el coronel pese al pedido de los presentes para que continúe en pelea. Respecto a su renta, el coronel cambia de abogado para que su trámite de más de una década se agilice, pero tampoco llega a tener una respuesta.
Al final, la historia termina con un diálogo con su esposa, quien le reflexiona y trata de hacer entrar en razón al coronel, para señalarle que el gallo, pese a los intentos de ser vendido antes de la época de pelea, puede ser que no les dé la oportunidad de ganar dinero con las apuestas, porque podría morir en la contienda, motivo por el cual, el coronel se pone a pensar y termina diciendo “m…”, dando a entender que es en lo único que no había pensado como posibilidad, de seguir sumidos en la pobreza.
(*) Periodista
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.