Modelo educativo del siglo XXI

La preocupación por generar alternativas que aborden el aprendizaje competitivo y la construcción de una sociedad con calidad educativa hacia el vivir bien de la humanidad, es la educación, pues constituye una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado, que tiene la obligación indeclinable de sostenerla, garantizarla y gestionarla, desarrollando procesos sobre la base de criterios de armonía y coordinación, escenario que cobra mayor importancia, brindando oportunidades para el fortalecimiento y sustentabilidad de la calidad educativa en nuestro Estado Plurinacional.

El surgimiento de esta tendencia educativa, inició valorando las bondades de los saberes y conocimiento de los espacios locales, relevancia que cambiará fuertemente los paradigmas y contribuirían a formar generaciones con una visión más integral para consolidar una democracia formal y verdadera, el desarrollo y la integración a la sociedad del conocimiento en armonía y coordinación con la Madre Tierra (naturaleza).

El sistema educativo plurinacional responde a la necesidad de transformar anteriores sistemas de educación, desarrollando una formación científica, técnica, tecnológica y productiva, a partir de saberes y conocimientos propios, fomentando la investigación vinculada a la cosmovisión y cultura de los pueblos, en complementariedad con los avances de la ciencia y la tecnología universal. Asimismo contribuirá al fortalecimiento de la unidad y de la identidad, el desarrollo cultural de los miembros de cada nación o pueblo indígena originario campesino, y al entendimiento y enriquecimiento intercultural e intracultural.

El modelo educativo del siglo XXI articulará la implementación y apropiación del nuevo currículo, el cual busca un nuevo perfil del docente, a fin de reflexionar y tomar conciencia sobre sus trascendencias; para fortalecer sus capacidades en la práctica pedagógica, activos del conocimiento y de la visión universal, a través de las estrategias de comunidades de producción y transformación educativa, generando de esta manera, condiciones del nuevo horizonte educativo de convivencia armónica en reciprocidad y complementariedad con la Pachamama.

Desde esta perspectiva, la educación es la principal prioridad para el desarrollo de la sociedad, un sistema vivo y en constante progreso y evolución en la diversidad social. Por ello, es importante valorar la riqueza cultural y la sabiduría de las naciones y pueblos indígenas originarios, estrategia pedagógica para fortalecer sus saberes y conocimientos ancestrales, vivos durante su existencia para mantener estas enseñanzas hasta nuestros días, a fin de mantener la armonía y complementariedad con las dimensiones elementales de la Madre Tierra y la cosmovisión.

El modelo educativo del siglo XXI debe enmarcarse en el desarrollo de los saberes y conocimientos propios, un cambio conceptual que rompe paradigmas tradicionales, cuya visión es la formación integral del ser humano: con horizontes globales en este mundo globalizado, con una ética personal y social fundamentada en la convivencia en libertad y en igualdad de oportunidades, desarrollando los valores humanos, sin discriminación, sin violencia, sin corrupción social, el respeto y reconocimiento total de los derechos humanos, en un ambiente plenamente democrático, fortaleciendo las normas y valores de la cosmovisión, la ecología y la convivencia armónica con el medio ambiente, apreciando la diversidad, esencia del ser humano y su naturaleza.