Viernes 25 de abril de 2014
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En la historia de Bolivia, los pueblos indígenas, negros, mestizos, criollos han sufrido maltratos, vejámenes de los conquistadores, dejándonos como herencia la mentalidad colonial y excluyente en la sociedad, de parte del grupo social considerado raza blanca, clase superior, europea, con pensamiento colonial, rechazando los derechos e intereses de los pueblos oprimidos y explotados de América.
El ejército boliviano fue organizado en el modelo social y económico del sistema feudal y liberal, que hasta hoy continúa. Los oficiales, suboficiales, sargentos, clases, del ejército, han estado en los marcos del sistema monárquico, por eso es necesario reestructurar la composición administrativa de las Fuerzas Armadas. Se decía que los indígenas deben engrosar al ejército, como soldados para asumir roles muy fuertes, ha sido y es la parte operativa de los hechos históricos de nuestro país, si hablamos de la guerra, son los soldados los que eran utilizados como carne de cañón en diferentes conflictos bélicos, en cambio los oficiales, eran autoridades solamente de mando de orden, limitándose su responsabilidad militar.
Antes para ingresar al Colegio Militar, a la Academia de Policía, el estudiante tenía que tener una familia considerada de clase social alta, un burgués que reunía condiciones económicas favorables, con un apellido extranjero, español o inglés. La gente popular, los indígenas, originario campesinos, no tenían el derecho de ingresar a estas instituciones de formación militar, de estudio y en la actualidad todavía continúa, la mentalidad de los nobles de alta jerarquía. Existe racismo todavía en el ejército boliviano, a estas alturas del siglo XXI, por esa razón se debe proyectar una nueva ley que supere estos prejuicios.