A raíz de las observaciones que se ha hecho en el último tiempo al horario en que se realizan las fiestas de quinceañeras, un hecho que por las estadísticas obtenidas es casi generalizado en todas las ciudades capitales, con mayor incidencia en las del eje central, con final de fiesta en las primeras horas de la madrugada.
Este hecho ha motivado justificada preocupación entre los padres de familia que ven inapropiada la realización de fiestas juveniles que comiencen en horario nocturno y concluyan pasada la medida noche. Hay peligro para los participantes en tales sesiones, padres y jóvenes. Se han producido ataques de mal entretenidos o ebrios, con lamentables resultados, robo de efectos personales y en algunos casos contusiones y heridas de gravedad.
No hay ninguna razón para que las fiestas juveniles se efectúen de noche, lo ideal, según recuerdan los padres que fueron jóvenes en otras épocas, este tipo de fiestas comenzaban a las 15:00 y terminaban bordeando las 19:00 sin que se confronten situaciones de riesgo.
Sin embargo en el tiempo actual un estudio realizado por un profesional sociólogo, René Pereira, “las fiestas de 15 años se prolongan más de lo debido por la impuntualidad con que comienzan”, por lo mismo que este asunto debe ser considerado en el nivel familiar, donde se establezcan reglas claras y se dispongan horarios de inicio y fin de fiesta, consignados en la invitación.
Se menciona que inclusive fiestas de cumpleaños de pequeños niños ahora se prolongan más allá de las 22:00 horas, un abuso contra los mismos niños.
Aunque parezca un hecho aislado y posiblemente de incompetencia en ciertos niveles de autoridad, estudios sobre el tema hacen que la responsabilidad de normar estos acontecimientos recaiga en la Municipalidad, que debe reglamentar mediante una ordenanza pertinente la realización de este tipo de fiestas, instrumento legal que además fijará sanciones para infractores, de clubes privados, salones de eventos, discotecas y otros, las mismas que deberán ser pecuniarias y en caso de resistencia inclusive con acción de guardianes del orden público.
Aprovechando esta temática, rescatamos la apreciación profesional del sociólogo que se ocupa del asunto, señalando que la reglamentación en estos y otros actos debería ser parte de “ética de la puntualidad”, lo que significa que cada ciudadano sea responsable con su propio tiempo, pero además respete el tiempo de los demás”, de ese modo muchos actos comenzarían a hora exacta y concluirían en límites aceptables de seguridad general.
Lo cierto es que implementar la medida conlleva una serie de inconvenientes, particularmente reñidos con la resistencia de algunos padres más liberales que otros, a quienes no les preocupa el factor de seguridad sino el de sacarle el mayor provecho a la celebración. Sin embargo, por las consultas realizadas se comprueba que hay una mayoría de razonable aceptación de padres de familia para que se dispongan regulaciones en el horario de fiestas, pero también en la urgencia de convocar a la ciudadanía en general a eliminar la perjudicial y negativa costumbre de utilizar “la hora boliviana”, un verdadero lastre en el desarrollo de todo tipo de actividades.
Vale la pena aprovechar la circunstancial ocasión de tratar el horario de las fiestas juveniles para disponer una medida general que motive la reacción colectiva para cumplir responsablemente con la asistencia a una serie de acontecimientos, respetando de ese modo el tiempo ajeno y defendiendo el propio, para tener más provecho efectivo, personal, familiar o institucional.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.