Santuario de la Virgen del Socavón, un espacio de mística religiosa

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Uno de los espacios más importantes en esta tierra, se ubica a las faldas del Cerro Pie de Gallo, donde se yergue un majestuoso Santuario, que cobija la Imagen de la Virgen María de la Candelaria, conocida por nosotros sus devotos danzarines, como Virgen del Socavón.

Referirnos a este emplazamiento lleva a imaginarnos un entorno cultural que se remonta a época prehispánica inclusive cuyos convites tienen esta antigüedad.

Este Santuario acoge una de las imágenes más importantes, identificada con un antagónico personaje que le dedica cada año una promesa de bailar en su honor; el Diablo que a través de su armonioso paso y al son marcial de la música recorre las calles para culminar su “peregrinación” ante el Santuario y pedir a través de la advocación de la Virgen del Socavón, nuestra Madre, conceda el perdón y la Vida Eterna.

Es posible que en sus primeros tiempos se haya tratado de una ermita de reducido tamaño, en la cual se hayan dedicado a otras advocaciones en este espacio sagrado, por lo cual la Imagen de la Virgen de la Candelaria ha cundido en muchas generaciones que han vivido en esta Tierra y continúa vigente en la actualidad.

Este último siglo ya pasado, la Orden Siervos de María se ha dedicado a ofrecer la atención a sus devotos y para ello también se dedicó a darle un cobijo más adecuado que la reducida capilla con la que se conoció a finales del siglo XIX y el siglo XX, consolidando un gran Santuario de magníficas dimensiones y cuya acústica es el deleite de los grupos de arte barroco que dedican su melodía a la Patrona del Folklore Nacional. Lleva en su techo la leyenda de las plagas de Oruro que en algún momento se la identifica como la Ñusta que salvó al pueblo de los Urus de aquellas maldiciones enviadas por el dios Huari, también en el mismo techo en el centro se encuentran las estrellas en fondo azul que asemeja el manto de la Virgen de la Candelaria. En otro espacio, se encuentra la famosa Cruz Verde que se emplazaba en una esquina de la ciudad y cuya evocación rememoraba una antigua leyenda de la Carreta de Fuego. Estos últimos años se adicionaron pinturas de los doce apóstoles en la cúpula central y el trabajo mural de un artista orureño que reunió en una espléndida obra de arte la majestuosidad que identifica a Oruro.

La imagen de la Virgen del Socavón, restaurada hace pocos años, invita a una religiosidad permanente a través de la danza y música que cada año en ocasión de celebrar su fiesta patronal el 2 de febrero, dedican sus devotos en distintas especialidades; sin embargo, esta festividad se traslada al día Sábado antes del Domingo de Carnaval asumido como Sábado de Peregrinación o Entrada de Ceras, en homenaje a la devoción de nuestra Santísima Madre.

Este espacio histórico, cultural y además social que identifica a toda una comunidad que atraviesa su explanada y dedica una oración ante la Patrona del Folklore Nacional en los servicios religiosos dominicales o en otras ocasiones. La mina que cobija al Tío de la Mina, refleja la gran presencia cultural que se desarrolla entorno a la Santísima Imagen expuesta en un Santuario que ya trasciende fronteras y que deja de ser un rincón para erigirse como un espacio místico que enamora al más incrédulo.

Fuente: LA PATRIA