Miercoles 23 de abril de 2014
ver hoy
Editorial y opiniones
Cuento pequeño para niños grandes...
Mi amigo, mi gran amigo, mi compañero...
23 abr 2014
Por: Rómulo Quintana Soza
Hace millones de años atrás, cuando se hizo el mundo, aparecieron las plantas, después los animales. Había uno que no tenía plumas, no tenía pelos; era uno de los más pequeños y débiles; pero tenía algo muy importante, algo que no tenían los demás animales: La capacidad de ser curioso, de pensar, de buscar...
Comer para subsistir y cubrirse para no morir de frío, fueron los primeros problemas. Pero ¿Con qué cubrirse? ¿Qué cosa comer? ¿Sólo con plantas que había en la naturaleza? Con las cuatro "patas" en el suelo no podía usar las manos, entonces empezó caminando en dos pies para poder usar las manos y construir con ellas los primeros albores de lo que sería el Hombre.
Buscó... Inventó los instrumentos que le permitían conseguir el vestido para cubrirse, tener la carne que le daba la caza y la pesca. ¿Cómo comer las presas que conseguía? Buscó... Descubrió y produjo el fuego, para cocinar, darse luz, calor y protección. Buscaba como un niño apasionado, pero presionado por la urgencia de vivir. El pequeño ser se enfrentaba a monstruos mucho más grandes y que intentaban destruirlo, acabarlo. Entonces, se preguntó y dijo "¿Cómo puedo luchar y subsistir sólo, frente a estos, tan grandes, animales?" Buscó... Se juntó con los otros hombres. Al vivir, en comunidad, se dio cuenta que tenía que decir algo a los que le rodeaban. Pero, ¿Cómo decir? ¿Cómo hacerse entender? Buscó y... Consiguió después de miles y miles de años, adaptar de los diferentes sistemas con los que nacía, un nuevo sistema: El de la palabra articulada. Entonces pudo el hombre decir sus penas, sus dolores, sus ansias y sus amores.