Martes 22 de abril de 2014
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Los servicios ferroviarios en cualquier país son considerados estratégicos pues a través de ese medio de transporte se logran planes de integración internacional y se cumplen metas internas de servicio social. Por lo mismo en el caso nuestro el Ferrocarril estuvo cumpliendo ese rol especial, hasta que fue “capitalizado” durante la gestión presidencial de Gonzalo Sánchez de Lozada, pasó entonces a la administración de una empresa chilena que mantiene su control hasta el presente.
En los años que transcurre esa administración, por lo menos en lo que corresponde a la parte “andina”, las denuncias sobre una “manifiesta destrucción” del servicio ferroviario no han tenido eco en las autoridades gubernamentales, pese a demostrarse fehacientemente algunos hechos contundentes, como la supresión de servicios hacia el valle, la reducción de la estación central en la ciudad de Oruro, el mínimo uso y mantenimiento en la denominada “estación norte” y una ostensible disminución en los servicios de pasajeros hacia el sur del país, y aunque parezca mojigatería desapareció el servicio ferroviario a La Paz. Exdirigentes ferroviarios y los orureños muestran esos hechos como parte del daño que se hace al servicio ferroviario nacional, que sin embargo no podrá ser suprimido bajo ninguna circunstancia por su innegable situación geográfica para la diversificación del transporte.
Fuente: LA PATRIA
