El barón del estaño devoto del Sagrado Corazón de Jesús

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Las imágenes repetidas del Sagrado Corazón de Jesús en la capilla de la Casa Simón I. Patiño, hace suponer que el “barón del estaño” era muy devoto de este Señor, aspecto que también se puede observar en los cuadros que están en las paredes de este sitio religioso.

Como ocurre en toda la casa, visitar cada espacio se convierte en un momento memorable, pero sobre todo inolvidable, con una carga de adrenalina pocas veces experimentada.

Ahora debemos apoyarnos en el guía Ángel Arancibia quien nos explicará en detalle, todos los elementos de esta capilla que era utilizada para ocasiones religiosas muy importantes, como por ejemplo, la Semana Santa.

Destaca la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que está vaciado en bronce macizo y bañado en pan de oro. Asimismo, se observan candelabros, floreros y candelabros también bañados en oro y otros hechos en cristal de roca.

El padre que celebraba la misa, tenía su propia indumentaria u ornamento, bordado en hilos de oro y seda francesa. Los tapetes del ambiente, estaban bordados con hilos de plata. Una de las imágenes que destaca de la capilla, es un Niño Jesús, que data de más de 120 años y fue hecho en cera e importado de Francia. Su vestimenta es de lujo con apliques y otros adornos.

Los cuadros de la Virgen María, dos Ángeles y del Sagrado Corazón de Jesús, completan el decorado de la capilla. Sin embargo, no nos podemos olvidar de la araña, hecha en bronce y con cristal de roca de diversos colores, para darle un ambiente especial a la capilla.

Al margen del aspecto y elementos religiosos, se observa una fotografía de la familia de Patiño, en la que solo falta Luzmila, quien hasta ese momento no nació. Pero sí se observa a sus otros cuatro hijos como René, Antenor, Graciela y Elena.

Las sillas fueron importadas de Francia y las ceras aún sobreviven al tiempo y a la época del “barón del estaño”, como los recuerdos, peticiones y confesiones, cuyos testigos mudos de la época son las paredes y todos los objetos que permanecen en la capilla de Simón I. Patiño.

Fuente: LA PATRIA