Investigación de una gestión

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Cuando se precipitan los acontecimientos y generan ciertos problemas en el orden administrativo de algunas instituciones estatales o directamente al interior de los ministerios, donde se supone que trabaja la gente más próxima al mandatario y de su entera confianza, por lo mismo que al presentarse problemas lo lógico es pensar que hubieron fallas y hasta problemas del orden comprometedor que muestran las debilidades humanas de ciertas personas o su poca constancia con “el sistema”, lo que lleva a pensar seriamente en la necesidad de efectuar una mínima investigación de gestión.

En el caso del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM) se ha arrastrado una serie de problemas desde anteriores gestiones, que por lo visto no ha podido “enderezar” el último ministro antes del cambio reciente, que se produce ante la presión de los cooperativistas y haberse detectado una evidente omisión de cálculo en el tratamiento de los artículos del proyecto de ley, especialmente aquellos que no compatibilizan con la Constitución Política del Estado (CPE).

Es bastante prolongado el tiempo que se demora en la aprobación de la ley minera, de ahí que es necesario saber cuáles han sido los “contratiempos” que impidieron su avance en las tratativas realizadas entre representantes de los tres sub sectores de la minería, el estatal, el privado y el cooperativizado.

Se habló mucho de “socialización” del documento, se informó sobre muchas reuniones, como también se conoció el criterio de algunos sectores, el caso por ejemplo de la “pequeña minería”, que formuló varios planteamientos, de los que muy pocos se figuran en el contenido de la ley que sigue en análisis.

Lo cierto es que hay necesidad de establecer responsabilidades, retrocediendo en el tiempo y en las gestiones de conducción del MMM y también de la Comibol, pues en ambos casos se han detectado falencias que ahora son parte de un intrincado proceso que necesita ser esclarecido para señalar con mucha claridad las responsabilidades no cumplidas por omisiones involuntarias o de manera directa por cuestiones de orden “interno”, en que primaron presiones sectoriales o – quien sabe - instrucciones de otro nivel . Algo ha sucedido y debe aclararse para despejar las dudas sobre la gestión de autoridades y eliminar el malestar que todavía persiste, ligado a un sector estratégico como es la minería.

Lo que no se puede recuperar es el tiempo perdido (más de tres años) y el que todavía puede demorar en aprobar la normativa minera, tomando en cuenta una apreciación de analistas políticos que coinciden en apuntar una rápida aprobación luego de las enmiendas al proyecto, para entregar la ley minera, en este caso con fines de estrategia política, entiéndase bien, sin quedar mal con el numeroso sector de los cooperativistas. Esa alternativa es la más propicia en este proceso de “sana – sana”, aunque quedarán algunas dudas sobre otras posiciones de mineros privados y estatales que ya no participaron en la última etapa de las enmiendas a la ley.

Fuente: LA PATRIA