Jueves 17 de abril de 2014

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Pocos países de nuestro continente se han librado del agravamiento de la violencia. Claro que hay diferencias notables en la intensidad y en los objetivos. Pero el resultado es que se vive una época de crispación, pues nadie puede asegurar que la violencia y los peligros no están a la vuelta de la esquina.
El informe de la ONUDC, concluye en que América Latina es la región más violenta del mundo y que los índices de asesinatos en Honduras (90,4 por cada 100.000 habitantes, Venezuela (con 53,7), El Salvador (41,2) sean, de lejos, superiores a los de Irak, que sufre sangrientos enfrentamientos entre facciones religiosas, y que tiene un índice de sólo 8 asesinatos por cada cien mil habitantes. Bolivia, anduvo cerca con 775 asesinatos, o sea 7,7 por cada cien mil habitantes.
Y como si esto fuera poco, la violencia oficial que acompaña a la criminal también ha crecido. Esto sucede especialmente en Venezuela, que se ubica como el segundo país más violento del continente, tanto por la criminalidad como por la represión política.Los estudiantes, las amas de casa, las gentes de la clase media y los trabajadores venezolanos, han salido a las calles de sus ciudades para protestar por la escasez de artículos de primera necesidad, por la precariedad económica, por la carencia de garantías y el por la permanente violación de los derechos fundamentales y que, en respuesta, han sufrido la brutal represión del régimen.