Martes 15 de abril de 2014
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Editorial y opiniones
ENTRE COLUMNAS
El valle del sol y del buen vino
15 abr 2014
Por Rodolfo Mier Luzio
Este 15 de abril es aniversario de una de las ciudades más cautivadoras de nuestra patria; la verdad, es que cada uno de nuestros departamentos y nuestras ciudades tienen su encanto, su magia; sus propias características culturales. Pero, Tarija es muy especial, parecería que el tiempo se detuvo a propósito, para que sus gentes tengan muchas más oportunidades de mostrar sus verdes valles, su sol, sus frutos; pero, ante todo mostrar su sonrisa, como agradeciendo el haber nacido en su campiña y haber crecido entre rosas y amancayas.
Al final del verano las uvas estallan para regalar generosamente su savia que se convertirá en vino, y luego en armonías que invitan a bailar. La guitarra, la caja, el erque, la caña y el violín, alegran las ruedas chapacas, las tonadas y las cuecas son pañuelos al aire, chulupias revoloteando sobre los molles.
Así es Tarija, con sus gentes algo conformistas, por un lado; pero, también con emprendedores industriales vitivinícolas que están logrando posesionar a los vinos y singanis tarijeños entre los mejores fermentos y destilados del mundo. Gracias a la tierra y a la variedad de cepas, al trabajo incansable de enólogos, técnicos y obreros; a la altura ideal de sus viñedos y el clima, donde se cultivan, hacen que la industria de vinos y singanis vayan en ascenso permanente y sostenido. Por ejemplo Singani “Los Parrales” ya logró cinco medallas de oro en concursos internacionales; “Casa Real” en certámenes similares logró una medalla de oro. La Bodega “Aranjuez”, logró una “medalla de oro” y la “gran medalla de oro” con su variedad de vino Tannat, nada más y nada menos que en un concurso mundial realizado en el Uruguay donde el Vino Tannat es emblema de ese país. Así, ejemplos hay muchos, lo que muestra a esa industria como el presente y futuro de la región.