Jueves 10 de abril de 2014
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La credibilidad de la justicia está, en que ella se basa y se sostiene por la sólida fundamentación de sus sentencias y decisiones. La justicia debe ocuparse -permanentemente- de la buena fundamentación de sus sentencias y decisiones, sin necesidad de recurrir a convenios espurios para “erradicar la mora procesal”, tal como hacen la Fiscalía y el Tribunal Supremo de Justicia.
REACCIONAR RÁPIDAMENTE
La justicia boliviana debe reaccionar rápidamente a cuestionamientos recientes, que constituyen escándalos nacionales, sin buscar politizar el sistema nacional de protección. En este sentido –entre los muchos ejemplos que se pueden citar- no sirve a nada que el magistrado Ofman Padilla en el Caso 24 de mayo, diga: “que en largos meses se han resuelto más de 100 incidentes, menos que el expediente trata de 16 acusados, que va a disponer que la prueba excesiva, abundante y repetitiva sea eliminada para no caer con eso, porque contradice los principios de celeridad que tanto se habla en la administración de justicia” (1).
Luego –tampoco sirve a nada- que el Dr. Ramiro Guerrero, Fiscal General, celebre un convenio con el Tribunal Supremo de Justicia, para luchar contra quienes obtengan “ingresos extras de forma fácil”… (6 de abril de 2014). ¡¡Caramba!!... cuánto desatino para una cuestión de mera organización que precisa la justicia para ser eficiente.
