Haití, antes rica colonia hoy país en ruinas, requiere apoyo mundial
11 feb 2010
Por: Pedro Rioseco
La cooperación con Haití, devastado por un terremoto, no es un gesto humanitario sino una obligación moral con el país que ayudó a Simón Bolívar a liberar Sudamérica, subrayó el presidente Rafael Correa, al concluir aquí la Cumbre regional.
Como es sabido, el presidente haitiano Alexandre Petión recibió por primera vez en Puerto Príncipe a Simón Bolívar, el 2 de enero de 1816 y le prometió su más amplia colaboración en la expedición que quería preparar contra el colonialismo español en América del Sur.
Petión puso a la disposición del Libertador más de seis mil fusiles con sus bayonetas, municiones, plomo, víveres, una imprenta completa, el flete de algunas goletas, una importante suma de dinero, y permitió que ciudadanos haitianos se alistasen en la expedición.
Como precio de sus servicios pidió sólo al Libertador que proclamara la abolición de la esclavitud en todas las tierras que sus armas libertarían. Y así fue. Apenas Bolívar desembarcó en el Continente cumplió con su promesa a Petión, al proclamar la abolición de la esclavitud en Venezuela.
El recordatorio del gobernante ecuatoriano y Presidente Pro Témpore de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) no podía ser más oportuno, luego de la dramática intervención del presidente haitiano, René Préval, en la reciente Cumbre del bloque regional.
Salvado de milagro, el gobernante caribeño se refirió a las necesidades de su pequeña nación, luego del devastador terremoto del 12 de enero que causó 230 mil muertos, cientos de miles de heridos, más de un millón de damnificados y dejó en ruinas a Puerto Príncipe, la capital.
Junto al término reconstrucción, el primer mandatario haitiano introdujo el de refundación, con la explicación de que si se reconstruyen Puerto Príncipe y otras ciudades afectadas sobre las mismas zonas sísmicas, podría volver a ocurrir su destrucción en el futuro.
Sin embargo, fue preciso que explicara por qué el terremoto puso en evidencia también un problema histórico, político, económico y social, al referirse a la conversión de Haití, de la colonia más próspera de América al país más pobre del Hemisferio Occidental.
¿Por qué esa gigantesca cifra de muertos? Al margen de la sabida intensidad del sismo de 7,3 grados en la escala abierta de Richter, la historia recordada por Préval en la conferencia de prensa tras la Cumbre de Unasur, explicó otras razones que agravaron la tragedia.
En el momento de nuestra independencia en 1804, comentó, tuvimos que pagar tres veces 150 millones de francos oro, una millonaria fortuna en esa época, y ceder a Francia los derechos de aduanas, para que los europeos reconocieran la independencia.
Para un pequeño país que acababa de nacer eso fue muy duro y nos atrasó mucho. Después de salir de la esclavitud tuvimos que trabajar para los colonos franceses, aún sin su presencia en la isla, agregó.
Entonces, los hijos de los antiguos colonos acapararon las grandes plantaciones, se concentraron en las ciudades y mandaron a los antiguos esclavos a las montañas, donde para sobrevivir tuvieron que cortar árboles lo cual deforestó el país y empobreció sus suelos.
Como nunca se invirtió en las áreas rurales, los campesinos las abandonaron y se concentraron en las ciudades, creando una gran congestión urbana, sin servicios y viviendo en casitas muy malas. Por eso el terremoto mató a tanta gente, subrayó.
A ello se une lo planteado por Marco Aurelio García, representante de Brasil en la reunión de la Unasur, cuando consideró también responsables de la tragedia en Haití a la lentitud e inefectiva ayuda ofrecida por los países desarrollados antes del terremoto.
Por el enriquecedor y comprometido debate de los sudamericanos, Préval regresó el martes satisfecho a su devastado país con los acuerdos de la Cumbre de crear un fondo de 100 millones de dólares y una estrategia de acciones para apoyar su reconstrucción.
"Estoy extremamente satisfecho porque hemos llegado a conclusiones muy concretas. Sé que hay contribuciones que vendrán más rápido que otras porque éste es un trabajo gigantesco y no se puede hacer en dos días", señaló el gobernante haitiano.
En la declaración aprobada por unanimidad, los jefes de Estado o Gobierno, cancilleres y representantes de los 12 países de la región, solicitaron al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) otro crédito blando de 200 millones de dólares para necesidades urgentes de Haití.
Los países sudamericanos decidieron atender de manera prioritaria e inmediata los tres ejes planteados por el presidente haitiano, en cuanto al apoyo en infraestructura vial y cambio del modelo energético; agricultura para lograr la seguridad alimentaria y salud.
Destacó en este campo el trabajo realizado por cientos de médicos cubanos, antes y después del terremoto, ahora en alianza con Venezuela para crear hospitales de campaña en el marco de la cooperación de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), con peso decisivo en la salud.
La otrora rica colonia, es ahora un país no sólo empobrecido sino devastado, en el cual el terremoto mató a la mitad del gobierno y se requiere comenzar por reconstruir el Estado.
Pero, como afirmó Correa, Haití es hoy sinónimo de dolor, pero también de esperanza, y su refundación contará también con el apoyo de los sudamericanos.
(*) Corresponsal Prensa Latina, Quito (Ecuador)
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