Cuando nos referimos a “mejorar la gestión”, indudablemente la idea es que de una buena vez comience en el Poder Ejecutivo el tratamiento prioritario de la gestión administrativa nacional que debidamente estructurada se sobreponga al tratamiento de la actividad meramente política.
En realidad ya se avanzó un primer mes y algo más de días en lo que se define como “el asentamiento” del aparato gubernamental con la mayoría indiscutible en la Asamblea Legislativa, con un gabinete renovado y con mucho brío entre la militancia que está confiada en buenas acciones a favor de la comunidad.
Sin embargo, no escapa al común de la gente algunos hechos que se presentan al interior del partido gobernante, particularmente con algunos militantes que por lo visto daban por segura cierta reciprocidad para ocupar cargos en la Administración Pública, lo que no sucedió con el aval oficial para convertirse en un candidato con garantía para postularse en alguno de los municipios, cosa que al parecer tiene muchos interesados por tanto fuera del alcance de los que ahora son parte de grupos disidentes y que obligan a seguir manejando la intrincada telaraña política perjudicando la gestión administrativa.
No hay que olvidar que el primer periodo de cuatro años transcurrió en un clima de efervescencia política para desbaratar lo que se calificó como acciones para desestabilizar la estructura gobernante, inclusive con actos terroristas de por medio, atentados y variadas golpizas, los periodistas fueron algunas víctimas.
Es claro que sostener la gobernabilidad, así sea con un elevado porcentaje de votos, demanda responsabilidades políticas las que sin embargo deberían ser encomendadas en este nuevo proceso a determinadas autoridades de tal área para que no se interfieran los planes de la estrategia administrativa que ahora debe ser parte obligada de la gestión administrativa.
Tiene que postergarse cualquier intento de “agendar” los conflictos políticos como prioridades de trabajo, la ciudadanía, esa que votó en mayoría y la que por ser minoría también tiene derecho a mejorar sus condiciones de vida, están a la espera de un programa global que signifique impulsar de manera práctica todo el aparato productivo para incrementar las inversiones, las fuentes de empleo, asegurar las exportaciones y mejorar efectivamente las condiciones de vida de todos los bolivianos.
Que las pugnas internas en el partido gobernante y la posición recalcitrante de algunos “movimientos sociales” no alteren el proyecto de hacer gestión efectiva para cumplir las promesas vertidas en campañas electorales y que son parte de esa ilusión que todavía nos mantiene expectantes de lo que pueda hacerse en materia de servicio y utilidad común, es decir abriendo posibilidades para que todos se sumen al proceso de avanzar en un terreno sólido y de muchas oportunidades para los que propugnan trabajo responsable y solidario.
La búsqueda está dirigida a mejorar los niveles de vida y para alcanzar tal objetivo es necesario que “la gestión” administrativa prevalezca sobre la muy perjudicial actividad de políticos discursivos y ofensivos. Hay que promover el crecimiento social en un ambiente de tranquilidad y seguridad, respetando los derechos humanos y la democracia reinante.
Fuente: LA PATRIA
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