Martes 08 de abril de 2014
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Es innegable que la mayor falencia que tiene Bolivia para su desarrollo como país es la ineficiente educación casi en todos sus niveles. Se puede cambiar la malla curricular o promulgarse una nueva ley educativa, pero el problema de la mediocre educación boliviana no está solamente en esos cambios, se encuentra en la base y fundamento, que es la deficiente preparación de los maestros por una parte y, por otra, en la falta de educación de la población en general.
En los diferentes análisis sobre la problemática educativa de los países se utiliza una diferenciación entre tres conceptos claves de lo que caracteriza a una población educada o no, y es la diferencia que existe entre ‘instruir, ‘enseñar’ y ‘educar’.
Instruir es darle a conocer a uno algo, informarle, comunicarle. Utilicemos el ejemplo del semáforo. Se instruye haciéndole conocer al ciudadano que este instrumento sirve para la señalización del tráfico vehicular y peatonal y que tiene generalmente tres colores: rojo, amarillo y verde.
Enseñar, es hacerle conocer al individuo que el rojo es señal de que no puede pasar el vehículo o peatón, el amarillo es advertencia de que va a cambiar de color y el verde es el que permite la circulación.