Los luctuosos sucesos que se registraron el 11-S (11 de septiembre del 2001), con el desplome de las otrora famosas torres gemelas del World Trade Center en Nueva York, que representaban hasta entonces al poder económico financiero de Estados Unidos de Norte América. Si bien ese episodio desde todo punto de vista tuvo ribetes trágicos golpeando e hiriendo física y moralmente las entrañas de la primera potencia mundial del planeta.
Lo ocurrido fue una amarga como dolorosa sorpresa para todo el mundo occidental (incluida toda Europa), pero no para el mundo musulmán y en particular para el islamismo, que es el juez supremo de las cuestiones de dogma, es decir, los millones de creyentes con derecho de vida o muerte sobre sus súbditos, quienes están encargados de llamar desde lo más alto del "alminar" a los fieles a la oración y recitar en la mezquita la cinco oraciones diarias (mundo musulmán), y al mismo tiempo utilizando la Jihad o guerra santa, eliminar a los infieles (mundo occidental), por su extrema opulencia económica. De esta forma por la desmedida intromisión del capitalismo a varios países de origen musulmán, inyectando fuertes capitales de orden económico e invirtiendo vía consorcios transnacionales para la explotación y apropiación de varios recursos naturales entre los que se cuenta los hidrocarburos, surgiendo también en forma latente y perjudicial para esas regiones islámicas, los diferentes males propios del mundo occidental, como los grupos de poder, la corrupción, extorsión, prebendalismo, prostitución, nepotismo y otros que han degenerado a una infinidad de sectores sociales de la población y de las denominadas instituciones, llamadas a servir en forma coherente a la sociedad en su conjunto.
Es así que hastiados (cansados), de contemplar el espectro extremadamente "enrarecido", de su entorno, un grupo de jóvenes (varios entre todos), con títulos académicos inclusive de maestría de varias universidades del orbe, encabezados por Muhamad Atta, uno de los que estrelló el avión a una de las torres, seguido por Kalil Sartawi, Nazzir, Ateya, Sadam y otros (varios nombres ficticios), y de varias nacionalidades, como argelinos, palestinos, egipcios y de muchos países del área musulmana, se reúnen bajo el mando de Al Qaeda, la milicia ultra-radical comandada por Osama Bin Laden, con la idea de derribar el poder económico más grande del mundo. Es preciso señalar que la idea surge de ellos (del grupo), todo se consolida cuando Bin Laden aprueba el presupuesto de la operación y da su visto bueno. Después de un determinado tiempo, se ejecuta y todos conocemos los resultados desastrosos, que han dejado una herida profunda de efectos incurables, e irreparables.
¿Por qué? salvar nuestras instituciones.- Esta acepción por qué parece ser más importante de "cómo", ya que denota causa, efecto, motivo por el cual al presente todas y cada una de las instituciones tropiezan con una serie de defectos de toda índole, al no aplicar en todos sus órdenes, sus estatutos y reglamentos por los cuales han sido creadas.
Ninguna institución cumple a cabalidad los preceptos constitucionales que son primero el de proteger y luego capacitar a sus recursos humanos porque es el combustible con que funciona dicha institución; segundo, aplicar mediante cursos y seminarios los valores morales, relaciones humanas, ahí están las relaciones públicas, en especial las que fungen y atienden al numeroso público; tercero, cada institución está obligada a eliminar los grupos serviles de poder, que perjudican el normal desarrollo, porque servir de verdad es dar todo de sí; cuarto; cada institución debe reglamentar el periodo de tiempo de servicio del trabajador o servidor público, porque el periodo de tiempo no es ad eternum; quinto, el nepotismo es un mal endémico en todas las instituciones eliminemos para la salud de todos.
ÚLTIMAS PALABRAS
De todo lo expuesto en el presente artículo en especial lo ocurrido el 11 de septiembre y lo que ocurre en la actualidad, donde millones de jóvenes (una mayoría profesionales), todo por la crisis económica que se ahonda en varios países de Europa, Asia , África y ni qué decir en nuestro continente, deambulan las calles, y avenidas de las ciudades en busca de trabajo, todo porque para optar a un puesto se necesitan varios requisitos, entre los cuales - alguien que avale su contratación de permanencia, y ese alguien tiene que ser su conocido o si no, no hay absolutamente nada. Lastimosamente eso es lo que les ocurrió a ese grupo de jóvenes de entre 22 a 26 años de edad que ante tanta corrupción, nepotismo, y otros males que aquejan a la mayoría de las instituciones, decepcionados tuvieron que optar por esa extremada medida.
"Para reflexionar está la fuerza de la verdad"
(*) Exfuncionario UTO, Poeta - Escritor
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