El título parece extraño, ¿verdad?, pero por feliz coincidencia, en este mes, que lejos de nuestra frontera coincide con la primavera, por eso aquello de los 15 abriles como sinónimo de esta estación, pero en este espacio del mundo, no es precisamente la primavera que alegra este mes. Sin embargo, está marcado por tres fechas, que a criterio nuestro, son muy significativas, pues el 2 de abril se ha señalado como el día dedicado a la Literatura Infantil, en homenaje a Hans Cristhian Andersen; el 12 en nuestro país al niño/niña, y el 23, al libro, en el ámbito internacional.
Sin mayores argumentaciones, todos convergerán que estas fechas son muy significativas por las connotaciones que encierran. También nadie negará que existe, directa o indirectamente, relación entre ellas, de ahí que, nada ocurre por casualidad, sino todo obedece a causas, como ya lo señalamos en otro artículo.
La literatura destinada a niños y niñas, ¿importante? ¿O todavía está cercada de prejuicios negando su aceptación y vigencia? Es verdad, como lo dijo ya un experto en este tema, que los libros literarios son como las flores, pues no existen exclusividades, es decir no hay flores para el mundo infantil, en especial, o para los adultos. Lo mismo ocurre con las obras, pueden gustar indistintamente a los pequeños o a los mayores.
Sin embargo, existe una producción que ha sido escrita pensando tener como receptor a los niños y niñas. De esta literatura deben estar pobladas las bibliotecas, las escuelas, los hogares, puesto que estas obras son las primeras que toman contacto con el mundo infantil, al extremo que un escritor afirma que es producto de las lecturas de su infancia, ya que ellas marcaron su rumbo. Verdad indiscutible seguramente para quienes han gozado de esta maravillosa experiencia. De ahí la importancia de tener cuidado en qué entregamos para la lectura a los pequeños y pequeñas; tener conocimiento de las intencionalidades que portan, de su contenido, del lenguaje utilizado, de los tipos de personajes, puesto que el niño, la niña, están en una edad de recibir la información y grabarla para luego, en algún momento de su vida reproducirla.
Debemos tener claro el concepto de literatura, podemos en este momento remitirnos a la LEY 070, que señala: “La literatura se valora como la expresión máxima del pensamiento y el lenguaje, como producto estético, artístico y cultural fundamental de la sociedad, Se constituye en el medio que ayuda a crear, recrear y expresar la imagen de la realidad y la fantasía a través de la palabra, de manera amena…… es la más alta expresión del pensamiento humano……….” Si nos regimos por este enunciado, entonces no nos equivocaremos más en entender qué es literatura, en consecuencia les abriremos las puertas a esa magia de la literatura que desarrollará la sensibilidad, la capacidad de asombro, la imaginación y la creatividad. Cerramos este acápite con la afirmación de Albert Eisten: “Primero es la imaginación y después el conocimiento” y con esta cita: «Volver a la literatura accesible a todos no para que sean todos artistas, sino para que nadie sea esclavo».Gianni Rodari
El día del niño ese día arrullarán con discursos, homenajes, fiestas, regalos para luego de esfumarse la emotividad y el calendario marque 13, nuestros niños y nuestras niñas vuelvan a la realidad, dicen que se piensa en ellos y ellas porque son el futuro, pero habrá que preguntarse, ¿qué sociedad heredarán? Nada más al respecto, pues las páginas, los espacios de los medios de comunicación se referirán a ellos y ellas con mayor detalle que nosotros.
23 de abril, Día Internacional del Libro en homenaje y reconocimiento a tres escritores que pueden ser considerados del mundo occidental, pero recordemos que existen, personajes, obras que ya son patrimonio de la humanidad. No les decimos quiénes, pues les invitamos a averiguarlo y no sé si compartirán nuestra opinión.
El libro, ¿cuántos le debemos parte de lo que somos? Pero, no vayan a pensar solo en sus textos de estudio, sino en aquellos que han llenado nuestras horas de desconcierto, que han respondido a nuestras interrogantes, en esos que nos han transportado a otras dimensiones donde hemos recreado nuestra vida y la de otros en mundos paralelos, imaginarios, pero que no nos han sacado precisamente de la realidad para evadirnos, abstraernos de ella, sino para ayudarnos a comprenderla, a explicarla, a razonarla para recrearla o re-crearla, para construir otra si ella no es agradable.
Nos ayuda a crecer como personas, a mejorar para que también crezca y mejore nuestra sociedad, a ser más comprometidos con todo lo que nos rodea, no indiferentes, individualistas, egoístas. Seguramente dirán, muy optimista cuando la realidad es diferente, pero si revisamos la historia y el avance de muchos pueblos, naciones, comprobaremos que han sido y son grandes por haber revolucionado su educación, por haber impulsado la promoción de la lectura, por haber abaratado los costos de los libros, por haber implementado bibliotecas e incluso ambulantes, por haber permitido que el libro visite muchos hogares, desde los más humildes hasta los más encumbrados, ya que la literatura no debe ser patrimonio solo de unos pocos, ella es el producto de una comunidad, por lo tanto al acceder a ella está accediendo a nuestra cultura.
Parece un sueño ¿verdad?, pero ¿acaso los libros no nos invitan a seguir soñando para vivir para cumplirlos?
Derechos, siempre en ocasión de estas fechas nos recuerdan de ellos, entonces es bueno tomar en cuenta que leer y escribir no son ni un lujo ni una obligación son derechos de los niños y las niñas. Derechos que deben garantizarse para que los niños y niñas del país puedan llegar a ser personas libres, ciudadanos y ciudadanas de un mundo donde las diferencias lingüísticas y culturales sean consideradas como una riqueza.
Termino con este texto que lo encontré en una editorial argentina.
(*) Doctora
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