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Domingo 30 de marzo de 2014

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Revista Dominical

“Cuna de lobos”: La crítica a la casta y a la clase social

30 mar 2014

Por: Edson López Aquino - Ciudadano común

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Empezó a difundirse por primera vez desde octubre de 1986 a junio de 1987 bajo la producción de Carlos Téllez; “Cuna de lobos” ha sido una de las telenovelas más exitosas de estos últimos cincuenta años, no sólo por la gran audiencia que tuvo en todo el mundo, si no por su contenido temático de crítica hacia las castas del mundo y su relación con las demás clases sociales.

¿Qué mamá de esa época, no ha visto esta telenovela? En nuestro país, la telenovela fue transmitida a las 21:00 y luego retransmitida en varios canales en diferentes horarios. Lo que atraía era la trama. Una mujer costurera de clase media, es utilizada para los fines de una familia de clase alta, dueña de un negocio farmacológico y muy conocida en su ambiente. “El qué dirán” será un constante en esta telenovela.

De esta telenovela nace una de las villanas más recordadas, Doña Catalina Creel, un personaje digno de estudio dentro de la semiótica. Para ella la apariencia es importante, esto muestra la apariencia que Catalina crea frente a su prójimo, la apariencia de mujer buena ante el sacerdote, ante la policía y sus clase social, la apariencia de mártir ante su hijastro, y sobre todo, la apariencia amenazante ante sus enemigos y los “de clase baja”, como ella los llama.

La historia se desarrolla en el consorcio de fármacos “LAR-CREEL”, donde son dueños Catalina y su esposo. Catalina hace creer a su hijo mayor José Carlos (en realidad es su hijastro) que le había arrancado el ojo con un trompo, así lo va atormentando para que su hijo menor Alejandro, pueda tomar las riendas de toda la empresa. Desde ese momento Catalina tendrá el famoso parche en el ojo.

Frente a esta situación empiezan a aparecer los problemas dentro de la familia Larios Creel, y es donde doña Catalina comete su primer crimen para no quedar en evidencia. Su esposo descubre que el ojo de Catalina está bien y el parche es una farsa que provocó culpabilidad a su hijo. La señora Creel, entonces decide matar a su propio esposo envenenándolo.

Otro problema que Catalina enfrentará será el testamento de su esposo fallecido, ya que en el documento menciona que las empresas pasarán a sus hijos cuando éstos engendren un nieto, todo eso “para preservar la casta”

Entonces Catalina se da cuenta que su hijo menor Alejandro y Vilma (esposa de éste último) no pueden tener hijos. Por ello, Alejandro decide seducir malintencionadamente (con el consentimiento de su esposa Vilma) a una mujer trabajadora llamada Leonora Navarro, para embarazarla y quitarle el niño, presentarlo como suyo y de su esposa, y poder acceder así a la herencia, mientras que Vilma empieza a fingir un embarazo, pensando que Leonora es una mujer dispuesta a vender a su hijo a cambio de dinero.

Al acercarse la fecha del parto, Leonora es trasladada a una supuesta clínica de maternidad, también Vilma, quien seguía fingiendo su embarazo mediante un cojín debajo de la ropa, es internada en la misma clínica que Leonora, para así fingir un parto.

Un año después Leonora, ya restablecida, decide tomar venganza de Catalina y Alejandro, y recuperar a su hijo, empezaría ahora a estudiar todos los pasos de la familia Larios Creel. De esta manera consigue seducir a José Carlos (a quien ella aún consideraba un asesino). Al poco tiempo de conocerse Leonora y José Carlos contraen matrimonio. Leonora reaparece sorpresivamente ante “los lobos”, como ella ahora los llama, como la esposa de José Carlos, quien para ese momento aún no sabía nada de lo ocurrido. (De ahí el nombre de esta telenovela “Cuna de lobos”)

Leonora aprovecha cada momento posible para estar en compañía de quien realmente es su hijo, el pequeño Edgar (nombre con el que Vilma bautizó al niño en honor a su padre).

En toda esta trama, Catalina realiza varios asesinatos: a su joyero, un empleado de su empresa, a los médicos que atendieron el parto, atenta contra un asilo de ancianos e incluso mata cruelmente a un detective, empujándole a una piscina y enchufando una aspiradora, electrocuta al policía.

Las cosas se van complicando para Catalina y Alejandro e incluso Vilma sorpresivamente le devuelve el bebé a Leonora. Ante este adverso panorama, Catalina decide asesinar a José Carlos, quien tenía previsto un viaje en la avioneta familiar junto a Leonora y el pequeño Edgar, alterando el estanque de combustible del aparato. Sin embargo Vilma, a quien se le había diagnosticado cáncer al útero, necesita viajar con urgencia a Estados Unidos para tratarse, lo que hace que Alejandro le pida a José Carlos la avioneta.

La policía está tras Catalina para detenerla y rodea la mansión Larios, Catalina recibe una llamada desde el aeropuerto y le reporta que el avión explotó en el aire poco después de despegar y que su hijo ha muerto. Dichosa, piensa haber concretado su plan y dejar, al fin, a su hijastro fuera de la fortuna y de este mundo. Pero al enterarse de que fue su propio hijo Alejandro y su esposa quienes han muerto, decide suicidarse, no sin antes vestirse con su atuendo de asesina y descubrir su ojo sano.

La parte final remonta la historia cinco años después, Braulio, primogénito de Leonora está jugando junto con su hermano en la habitación en la que Catalina se suicidó y a la que sus padres les prohíben entrar, se pone en el ojo el que fue su parche y dice las memorables palabras: “No soy Braulio, soy el pequeño Edgar” que podían significar la posibilidad de una secuela que nunca sucedió.

Esta telenovela muestra la imagen que muchas veces, familias de un “círculo social alto” ocultan por vergüenza, pues creen que situaciones de debilidad harán de comentarios sobre su grupo social. Para eso es mejor aparentar y llegar a extremos.

La falsa autoestima, es como una imagen que nos creamos como protección, para que no nos hagan daño y sobre todo para aparentar que no tenemos problemas de inseguridad. A menudo, las propias personas que se crean la falsa autoestima, no son conscientes de que la tienen baja, ya que con las herramientas que utilizan para esconder la verdad, incluso ellos mismos acaban creyéndose que gozan de gran amor propio.

También de forma consciente, muchos se ponen máscaras que no tienen nada que ver con ellos. Así tapan las debilidades, se sienten a salvo y logran que los demás no se den cuenta de su problema.

¿Cuántas familias ocultan a hijos con síndrome de Down o con autismo? ¿Cuántos ocultan embarazos de sus hijas o aparentan tener prestigiosos lugares profesionales? ¿Quiénes se cambian de apellido o escogen algún apellido que combine con el suyo? ¿Cuántos vivimos en una “Cuna de lobos”?...

Las decisiones extremas de Catalina le hicieron pronunciar frases tan discriminadoras hacia gente que no era de su casta, que a veces las repetimos disimuladamente:

“No humillo a los pobres por pobres sino por simples”.

“En el país de los ciegos el tuerto es rey.”

“Pero no me puedo dar el lujo de tener sentimientos tan vulgares como el miedo, porque el miedo sólo paraliza y sólo la gente como nosotros tiene la sangre fría para ganar las batallas del mundo, sin perder el tiempo en tonterías”.

Te pasó lo que le pasa a la gente estúpida y ordinaria: Te enamoraste!

Semioticamente, “Cuna de lobos”, es una franca crítica a las castas del mundo, las muestra sin tabúes y de frente y, arremete con una clase alta a finales de los 80 que al parecer aún está vigente.

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