Varios casos detectados significan pérdida al Estado de 400 millones de dólares
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Un verdadero escándalo se patentiza cuando una denuncia del parlamentario Jaime Navarro de la Unidad Nacional (UN), logra respuesta a su investigación a través de informes tanto del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM), cuanto del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), que evidencian una cuantiosa evasión impositiva por la exportación de oro
Si bien el caso demoró varios meses en convertirse en un factor de investigación, el resultado de ese trabajo revela que por la exportación de 981,1 millones de dólares de oro en una operación realizada el 2012 bajo la figura de vender amalgamas y desperdicios de oro, las empresas que realizaron el negocio apenas tributaron al Estado 129.445 dólares, lo que significa la ridícula proporción del 0,01 % del monto vendido y que se canceló como Impuesto a las Utilidades de las Empresas (IUE), de acuerdo al informe del parlamentario denunciante y corroborado por un informe del SIN, que además lo utiliza el Ministro de Economía y Finanzas, transcribiéndolo como respuesta al peticionario de la UN.
Los datos que se tiene sobre la materia, desglosan algunos detalles, por ejemplo que “el IUE tiene una alícuota de 25 % y cuando el precio del mineral es alto se impone una tasa adicional del 12,5 %”, por lo que se entiende que las empresas mineras deberían haber tributado un 37,5 % y no como sucedió que pagaron el 0,01 % del monto vendido.
Lo que llama la atención es que varias empresas hicieron un gran negocio vendiendo oro al exterior, bajo la figura de exportar amalgamas y desperdicios, una situación irregular, tomando en cuenta que en el país no se produce actividad de industrialización de oro, que produzca “desperdicios”, y el caso de las amalgamas, también es llamativo por la cantidad de ese material que se dispone para ventas al exterior
Datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dan cuenta que en el año 2012, el valor de las exportaciones mineras llegó a 3.707 millones de dólares lo que significó un incremento del 8 % respecto al 2011 cuyo valor fue sólo de 3.423 millones. El informe añade que “lo curioso de este incremento es que 1.100 millones de dólares provienen de exportaciones de oro bajo la forma de amalgamas y desperdicios, para un volumen de 20,5 toneladas, hecho que para los estándares nacionales constituye un verdadero récord histórico”, según la aseveración del diputado Jaime Navarro en la investigación realizada.
El documento incluye un significativo ejemplo de la desproporción de la exportación de oro, “aún así sea como amalgamas y desperdicios, tomando en cuenta que las 20,5 toneladas de oro significa tres veces más del volumen habitualmente exportado desde Bolivia. El súbito incremento se produjo entre los años 2011 al 2012. Tiene que llamar la atención lo que significa exportar 20,5 toneladas de oro, cantidad que representa – como ejemplo - la producción de dos años de producción de la empresa Inti Raymi, en la década de los 90 cuando atravesaba por sus mejores momentos”.
Con la investigación realizada queda en evidencia la existencia de muchas y graves irregularidades en la tributación de las empresas exportadoras de oro, incluso, dice el informe, “ la comisión del delito de defraudación fiscal por el no pago del IUE, lo cual implica que el daño económico al Estado podría superar ampliamente las pérdidas ocasionadas por la evasión de la regalía minera”, según el diputado Navarro.
Sobre un análisis de varios casos de exportación de oro, inclusive a través de algunas empresas fantasmas cuyos propietarios no fueron identificados, la evasión tributaria es fabulosa. El Servicio Nacional de Registro y Comercialización de Minerales (Senarecom) calculó una presunta evasión impositiva que va entre 21,4 y 71 millones de dólares (150 a 500 millones de bolivianos) aproximadamente.
Por los antecedentes y las irregularidades cometidas en la venta de oro al exterior, los entendidos en la materia consideran que el daño económico inferido al Estado (gestión 2012) fácilmente llega a 400 millones de dólares, lo que constituye una fuerte incidencia en la economía nacional y en los ingresos que también pierde separadamente las regiones.
El espinoso problema no ha sido cerrado, al contrario deberá profundizarse para establecer la irresponsabilidad de algunas autoridades que no pudieron controlar en su momento el movimiento interno de amalgamas y desperdicios que salieron al exterior, generando grandes utilidades a los comercializadores y una ridícula recuperación de impuestos.
Sólo con un caso que abrió la investigación, la exportación de oro fue por un monto de 981 millones de dólares y por ese valor sólo se tributó 129 mil dólares.
El MMM, tiene que informar detalladamente sobre este tema, pues se trata de un delito de abierta evasión impositiva que resta ingresos para el TGN y para las regiones donde se produce actividad aurífera.
Inf. Jaime Navarro, medios, AP.
Fuente: LA PATRIA
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