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Domingo 23 de marzo de 2014

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Revista Dominical

Chile y su desmedido descaro

23 mar 2014

Por: Aníbal Abel Alarcón Caparroz - Escritor y poeta

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Nuevamente y en una forma por demás excluyente y repetitiva negar una reivindicación, desde todo punto de vista inalienable e imprescriptible y más si es de conocimiento latinoamericano y mundial, es irse y salirse por la tangente, eludiendo con vil descaro la respuesta respecto a una pregunta como interrogante de si “Chile otorgará una salida soberana a Bolivia”, tocando así la llaga de una profunda herida de patriotismo de los bolivianos. Herida incurable no sólo física sino moral, que en más de cien años no ha logrado cicatrizar.

Chile en ese sentido, ostenta la desintegración de nuestra América morena, pues la política chilena representada por su canciller responde en forma inmisericorde a un anhelo que no morirá jamás al sentir el aire de la costa marítima y sentar presencia en territorio usurpado. Este legítimo derecho de todos y cada uno de los bolivianos es sublime, de un injusto encierro perpetrado por las hordas chilenas e inglesas arrebatándonos 120.000 kilómetros cuadrados de territorio sumamente rico y fértil en toda la extensión de la palabra.

La historia, aliada del pueblo boliviano, refleja en su integridad las fronteras de Bolivia con Chile antes de la cruenta guerra del Pacífico y la posterior e inmisericorde ocupación chilena a nuestros legítimos territorios del Litoral cautivo, que representa desde esa época (1879), y muchos años antes desde la fundación de la República de Bolivia el año 1825.

La historia también es fiel testigo de que lo ocurrido fue por intereses transnacionales, por las riquezas que poseían nuestros territorios como el guano, el salitre y ahora en la actualidad el cobre, las aguas del Silala y el desvío del río Lauca, que alimentaba gran parte del territorio ocupado por la cultura chipaya, es así que por la angurria de colonizadores ingleses y la pobreza chilena de esa época, se venían gestando varios intentos de sublevaciones provocativas en el territorio del Litoral, encabezados por piratas y elementos no deseables de las “ordalías”, es decir, gente inescrupulosa como extranjeros ávidos de apoderarse de riquezas, que habían pasado las pruebas a las que en esas latitudes desde la Edad Media habrían sido sometidos a la justicia y acusados por su culpabilidad, esa gente arribó de allende los mares formando, una parte de la población del Litoral boliviano, todo debido al tremendo descuido de las autoridades nacionales y regionales, y como consecuencia de la desintegración nacional, lastimosamente a esto, se sumaba la participación de elementos chilenos y traidores bolivianos, con inclinaciones de parentesco, como jerarcas militares y más que todo los empresarios mineros movidos por la ambición económica que ostentaba ese territorio hasta esa época, a esto se sumó las pérdidas territoriales por una incipiente diplomacia, con el vecino país (Chile), donde el gobierno de Melgarejo, la diplomacia chilena se aprovecha de la ignorancia del mandatario, halagando su vanidad de cacique y como resultado mal habido de esta pésima política dizque de buena vecindad, se firma el Tratado del 10 de Agosto de 1866, donde se usurpa más de cien kilómetros cuadrados, de nuestro litoral (ahora cautivo).

Territorios y poblaciones que ostentan la soberanía boliviana, desde la fundación de la República de Bolivia el 6 de Agosto de 1825, nuestro país nace con 2.373.256 kilómetros cuadrados, representando el cien por ciento del territorio nacional, donde desde esa época en forma paulatina a la fundación de cada departamento, cada uno mantiene su nombre original más sus respectivas provincias, cantones y vicecantones, al igual que el departamento del Litoral, Tocopilla, Cobija, Antofagasta, Mejillones y otros, una prueba más de que esos territorios pertenecen al Estado Plurinacional de Bolivia.

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