Muchas veces se cree que mientras más gorditos los niños, son más saludables, pero esto no es verdad, ya que este niño puede ser obeso y desarrollar con el tiempo enfermedades renales, diabetes, hipertensión arterial y otras que son características de los adultos, informó la pediatra, Ximena Rocha.
La médico fue parte de las exposiciones del seminario taller “Actualización en Salud Renal”, efectuado ayer, donde se tocaron temas importantes para la prevención de las enfermedades renales, que se lamenta, van en incremento, afectando incluso a gente joven.
Indicó que es importante tomar en cuenta la obesidad en los niños, y que si bien actualmente se lucha contra la desnutrición, se tiene un alto porcentaje de niños obesos, por la alimentación que se les da con meriendas escolares inadecuadas, con quioscos dentro de los colegios donde los alimentos no son apropiados para los chicos, y en los hogares se consumen gaseosas, mayonesas y bastante comida chatarra.
“Los niños no salen a hacer actividad física, son más sedentarios, son niños que están más tiempo frente al computador y los videojuegos, hay estudios que demuestran que estos niños obesos van a tener en algún momento una insuficiencia renal”, expresó Rocha.
Explicó que como madres, padres y personal de salud, deben observar al niño no sólo como un paciente con resfrío, neumonía, o con baja talla, sino también como un paciente que puede ser portador de obesidad, que es algo que casi no se diagnostica porque se piensa que “mientras más gordito es más saludable”, pero no es así.
“El niño obeso es un enfermo que a la larga puede tener enfermedades que están relacionadas con los adultos, hipertensión, diabetes, insuficiencia renal, y otros que son básicamente de adultos”, remarcó la profesional.
Una de las alertas para los padres, son las tallas de ropa que se compran a los niños, pues si tiene por ejemplo ocho años, puede comprarse incluso una talla 10, pero hay niños que tienen ocho años y pesan 40 kilos y los papás no se preocupan.
“Como estos niños comen muy bien, los papás no se preocupan, el niño come a toda hora y el papá piensa que es normal; también se debe preguntar al maestro de educación física si consigue hacer la actividad que sus compañeros hacen. El niño debe tener cinco comidas, tres que son las más importantes, desayuno, almuerzo y cena y dos que son simples la merienda de media mañana y la de tarde”, refirió Rocha.
Recomendó a los padres que de merienda a los niños no les compren hamburguesas, o salchipapas o papas fritas, y que más bien introduzcan en su alimentación las verduras, frutas, cereales y lácteos, especialmente en el desayuno.
Fuente: LA PATRIA
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