Oficialmente los días de carnaval han concluido aunque eso no tenga correspondencia con la realidad. En distintas poblaciones y ciudades aún se vivirán días intensos de celebraciones de todo tipo, en medio del colorido, la música y la danza.
¿Quién puede negar que son muy importantes –y necesarios- los días de diversión, alegría, descanso, convivencia y todo aquello que en las pasadas jornadas se ha vivido? La alegría de la vida no se puede contener y debe derramarse con generosidad. Nuestro pueblo tiene bien asumido el sentido de la fiesta y es bueno que sepamos festejar, a pesar de las adversidades de la vida cotidiana.
Pero otra cosa es pensar que, como cantara Celia Cruz, la vida es un carnaval. Y parece que eso también lo tenemos bien asumido en nuestra conciencia individual y colectiva (no todos, por supuesto).
Y si pensamos que la vida es un carnaval, así nos irá en la política, la economía, las relaciones sociales y hasta nuestra sensibilidad humana. Lo ocurrido en Oruro en días pasados nos da una triste y reprochable radiografía de cómo andan ciertas cosas en el país.
A la hora de la tragedia, todos se lamentan, lanzan sus improperios contra quien encuentren en el camino y sólo saben protestar, criticar y hacer como si en verdad les afligiese el asunto. A la hora de prevenir, de ser responsables, de denunciar lo que se hace mal y de exigir el cumplimiento de las normas… es mejor hacerse a los de la vista gorda.
Durante semanas, hermanos y hermanas nuestras en el Beni –principalmente-, La Paz y Cochabamba han vivido situaciones de verdadero dolor, perdiendo bienes materiales y en algún caso la misma vida. ¿Qué políticas de prevención frente a los desastres naturales tenemos en el país? Como si estos fenómenos fueran nuevos y nunca se hubieran dado. A políticos, gobernantes y ciudadanos no les importa prevenir, eso no es rentable y menos sirve para el efecto electoralista inmediato. Cuando se inundan poblaciones, se hunden casas, se desbordan ríos y se pierden las cosechas ahí si todos se rasgan las vestiduras y se lamentan por lo que no fue.
Junto al fenómeno de las inundaciones se ha suscitado otro contrario en regiones del Chaco y Sur del país: sequía. Bien es cierto que los gobernantes no pueden controlar los fenómenos naturales pero sí pueden hacer algo para prevenir sus efectos. La pregunta es ¿les importa?
Como reza otra canción, “ahora que tenemos, ahora que podemos, bien le cascaremos” y así sucedió en Oruro. ¿Qué importa que hayan fallecido personas y otras decenas de heridos? Una estructura se vino abajo cegando las ilusiones de vida de hermanos nuestros, pero igual se siguió pasando por encima de esto, saltando, marcando el ritmo y pisoteando la dignidad de quienes tienen igual derecho a vivir que cualquiera (encima a eso le llamarán “devoción a la Virgencita”, ¿qué habría hecho María en su lugar?).
Frente al desplome de la pasarela un suspiro duró el dolor y más pudo la orquesta y el alcohol, se buscan toda clase de chivos expiatorios pero jamás asumiremos la responsabilidad como Estado y sociedad de que hacemos las cosas “por aquí pasó”.
Las pasarelas no tienen conciencia, son hierro, cemento y poco más. ¿Y los ciudadanos? Al parecer algo de esos materiales se puso en nuestro corazón. Lo importante era celebrar el carnaval a como de lugar. No importa prevenir ni remediar. Muchas cosas en el país son fruto de la improvisación, de hacer las cosas a medias, de no querer planificar y seguir la norma, de vivir muchos carnavales y pocos días serios. No se trata de aguar la fiesta, se trata de desembotar nuestra sensibilidad y sentirnos corresponsables de la vida de los demás.
Tal vez vivimos con muchísima inmediatez y sólo nos preocupa lo coyuntural, lo urgente, lo instantáneo y lo que se logra con un “click”. Ese tipo de pensamiento cultural nos lleva a desentendernos del futuro que construimos, pues sólo queremos vivir la vida al instante, como si la intensidad de una vida bien vivida fuese sinónimo de hacer muchas cosas, en el menor tiempo posible y con la mayor satisfacción deseable.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.