Domingo 16 de marzo de 2014
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Si nuestra conciencia no es posiblemente más que la punta de un iceberg debajo de la cual se esconde mucho más (lo inconsciente de Freud, por ejemplo), no nos ha de extrañar que uno pueda tener unas intuiciones repentinas que parecen surgir de la nada: tales inspiraciones se presentan de manera imperiosa, no admiten réplica y a menudo se niegan a dar informaciones detalladas acerca del motivo y la ocasión que las originaron. Algunas vivencias clave filosóficas (véanse Agustín de Hipona, Descartes, Rousseau) se relacionan con tales inspiraciones, cuyo efecto nadie ha descrito de manera más penetrante que el filósofo Nietzsche “Uno escucha, no busca; uno recibe y no pregunta quién da; un pensamiento relumbra como un rayo, con su forma necesaria, sin vacilación. Nunca he tenido opción alguna”.
Otto A. Böhmer en: Diccionario de Sofía.
Fuente: LA PATRIA