Un conjunto de medidas que rigen desde hace algún tiempo en el país han permitido salir de una condición económica “escondida” a una abierta posición de inversión de capitales, especialmente en el comercio, lo que se ha venido en llamar ahora como la “economía emergente”.
En realidad eso es lo que está sucediendo, está saliendo al mercado una fuerza económica que se mantenía en reserva, por ciertas condiciones de orden social, reteniendo algunas inversiones o simplemente dosificándolas de acuerdo a las circunstancias que se han ido presentando en varias ciudades del país.
En Santa Cruz se presenta un fenómeno especial desde hace varios años, con la incursión de capitalistas altiplánicos o del occidente, que han ido tomando posiciones estratégicas, especialmente en el rubro del comercio. Vendedores de cierto tipo de mercadería se han convertido en importadores, han crecido las tiendas y se han convertido en almacenes. Estos inversionistas aportan de manera legal vía impuestos al crecimiento de la urbe oriental.
El último censo mostró un cambio impresionante en las cifras de población en Pando, específicamente en su capital Cobija, donde se comprueba una alta cifra migratoria de ciudadanos occidentales que han cambiado la fisonomía de esa apacible ciudad y la han convertido en un mercado comercial de alto crecimiento y con la más variada mercadería.
En La Paz hay una impresionante traslación de un comercio que sigue asentado en la zona del Gran Poder, Eloy Salmón o la Huyustus, pero que está dando un salto impresionante hacia la zona Sur ganando terreno en el Barrio de San Miguel, considerado hasta hace algún tiempo como de cierta élite comercial, hoy con nuevas galerías comerciales adquiridas por importadores de mercadería que pagan al contado por edificaciones que luego se convierten en negocios de mercadería suntuaria, línea blanca o ferretería, lo cierto es que la zona Sur de La Paz toma otra configuración más abierta a la incursión de un sector de alto poder económico que busca su expansión en los centros urbanos donde vive la gente más acomodada.
Un investigador social califica el hecho como parte de la “revolución burguesa silenciosa que gana terrenos especialmente en el eje central”, pero se expande con “auspiciosas fortunas” a otras ciudades, caso Cobija y Trinidad.
En el caso de Oruro el fenómeno del movimiento económico producido por el manejo de grandes capitales de los comerciantes mayoristas está centrado en el importante negocio de la importación de artículos, desde la mercadería de bazares, pasando por telas, artefactos electrodomésticos, televisores, celulares, línea blanca hasta llegar a modernos vehículos, que se compra en la Zona Franca de Iquique y que según se observa es redistribuida al comercio nacional, al que tiene registro de legalidad, pero también al informal que en gran escala se mimetiza en las ferias semanales de varias ciudades y es parte de una marcada evasión impositiva. En Oruro grandes galpones y tinglados son parte de la infraestructura del comercio que también crece adquiriendo inmuebles en el centro de la ciudad y en algunas zonas de futuro desarrollo, por ejemplo en las proximidades del Aeropuerto Internacional “Juan Mendoza”.
Se reconoce que un segmento comunitario, es parte de la economía emergente que avanza sin frenos de ningún tipo a una reubicación en los sectores donde se acentúa el mayor movimiento económico. Oruro por su posición geopolíticamente estratégica, es centro clave para el movimiento de capitales y de impresionante cantidad de variadísima mercadería. Correspondería que ese movimiento se formalice incrementando los ingresos que sirvan al desarrollo regional, en una suerte de diversificación de la economía regional.
Fuente: LA PATRIA
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