Jueves 13 de marzo de 2014
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Muchas veces, cuando vamos caminando por la calle, sentimos olores pestilentes, en especial cuando hubo antes una gran concentración de gente por varias horas, como en el Carnaval, pero pocas veces nos ponemos a pensar que no solo se trata de hedor sino que es aire contaminado el que estamos respirando.
Este año lamentablemente no llovió y difícilmente se pudo limpiar las calles pese al esfuerzo que hicieron las cuadrillas de obreros dependientes de la Municipalidad, en anteriores artículos hicimos esa observación y la repetimos quizás machaconamente porque a diario nos topamos con problemas de mugre y pestilencia en la ciudad pero aún no se dan soluciones tangibles y de largo plazo.
De la misma población se escucharon voces que cuestionaron sobre la campaña Oruro te quiero limpia, pues esta era la oportunidad propicia para llevarla adelante y así poder tener la urbe limpia.
No obstante, no es tarde para realizar una campaña que nos permita gozar de una ciudad y un ambiente más limpios, por lo que solo es cuestión de ponerse las pilas para que entre todos los orureños tomemos conciencia y limpiemos aunque sea solo nuestra cuadra o el sector donde se ubique nuestra vivienda o fuente laboral. Pero también queda la esperanza que nos dan las nuevas generaciones, pues ellos serán los adultos del futuro y lo que podemos hacer los del presente es enseñarles a ellos a ser limpios, a observar ciertas reglas de urbanismo, por ejemplo, si vemos que un niño está botando los envoltorios de sus caramelos en cualquier parte es momento de corregirle, si vemos que de alguna otra manera está dañando el medio ambiente también estamos en la obligación de llamarle la atención para que deje de hacerlo.
Fuente: LA PATRIA