Desde muchos años atrás se hicieron gestiones ante la Unesco por parte de todas las instituciones orureñas para que el Carnaval de Oruro se declare como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
En los últimos tiempos a través del Ministerio de Cultura, Gobernación, Alcaldía y la ACFO se han realizado los más grandes esfuerzos para promocionar la majestuosidad incomparable de nuestro antruejo cultural que reconocen propios y extraños calificándolo como el mejor del mundo.
Lamentablemente el Carnaval de Oruro 2014 se vio empañado por un accidente que nadie lo esperaba, afectando a personas que ofrendaban a la Virgencita del Socavón, todo su amor y devoción. Este hecho desafortunado estuvo a punto de suspender la peregrinación del sábado de Carnaval, pero una decisión a mi juicio correcta por parte de la alcaldesa, conjuntos folclóricos y danzarines permitió que la majestuosidad de nuestro acervo cultural continuara.
Esta decisión tomada, con el perdón de los afectados y más aun con los que perdieron la vida tiene que hacernos reflexionar profundamente para tomar las previsiones correspondientes para que nunca más vuelva a suceder una desgracia como la que sucedió.
Oruro no tiene que olvidar que lo más preciado que tenemos como capital del folklore boliviano es nuestro Carnaval, pero además es una de las grandes posibilidades de desarrollo socioeconómico para convertirnos en un destino turístico de primer orden a nivel mundial.
Dicho esto, quiero pedir con la mayor humildad que esta desgracia que sufrimos los orureños, no sirva para desprestigiar, satanizar, menoscabar la grandeza de nuestro gran acontecimiento cultural, no otra cosa significa que alguna prensa; oral, escrita y televisiva sea cruel e insensata y brinde información irresponsable de manera recurrente, que después de haber pasado el accidente siga dramatizando con el propósito de perjudicar al departamento de Oruro y desprestigiar la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
Creo que es necesario tener la prudencia y la paciencia necesaria para que las autoridades nacionales y departamentales tomen acciones que permitan asistir de la manera más amplia a los ciudadanos que fueron afectados. No es necesario seguir haciendo escarnio de este suceso porque perjudica la imagen y el prestigio bien ganado que tiene el Carnaval de Oruro.
¿Acaso es necesario que sigan publicando cotidianamente aspectos que además son vánales y mal intencionados?
Orureños no permitamos que mancillen y desprestigien lo que tanto nos costó construir.
(*) Ingeniero
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