Las presentaciones del juvenil grupo Ch’ila Jatun en el Festival de Viña del Mar, sin duda nos enorgullecen, demostrando una vez más que el folklore boliviano tiene una veta interminable de riqueza y variedad en cuanto a música, canto, baile y costumbres. Más allá de que hayan logrado o no el trofeo ansiado, queda la enorme satisfacción para un pueblo tan necesitado de triunfos internacionales que nos suban la autoestima y que engrandezcan nuestra identidad en el ámbito mundial.
Lo bueno es sentirnos tan ricos culturalmente que no necesitamos robarle nada a nadie para triunfar.
Lo bueno es que nuestro folklore está entre los mejores del mundo, gracias a una raíz ancestral de la que debemos sentirnos orgullosos y lo bueno es que todos nos indignamos ante los atropellos culturales y aquí es cuando nuestras autoridades (Ministerio de Culturas, Cancillería y la propia Presidencia) deben amplificar nuestra voz con energía.
LO MALO
Ya comenzaron a escucharse voces indignadas ante la presentación de un artista chileno rodeado de un cuerpo de baile, en el que se ven atuendos bolivianos de Tobas, Caporales, Tinkus y Diablada, en un acto de robo descarado a nuestra cultura a plena luz de las luminarias.
Lo malo es que este tipo de actos repudiables, se repitan cada vez a vista y paciencia del mundo y de un jurado calificador en Viña del Mar que, a estas alturas, muestra grandes limitaciones en cuanto a conocimiento cultural folklórico, ya no del mundo sino de Sudamérica.
Lo malo es que algún despistado chileno justifique la apropiación de nuestras danzas, indicando que son de la zona.
Los Tinkus surgieron en el norte potosino. lejos de territorio chileno, los Caporales, como una variación de los Negritos (danza afroboliviana) surgieron en la década de los setenta en el Carnaval de Oruro, también muy lejos de Chile, nuestros Tobas representan a culturas y etnias selvícolas bolivianas. ¿Cuándo tuvo Chile selvas? Y nuestra Diablada, con historia propia, matices propios y razón de ser inmersa en nuestra historia minera, ciertamente siempre será nuestra, muy al margen de la patética parodia de los diablos de La Tirana.
LO FEO
Así mismo fue desagradable ver en el mencionado festival el humor chileno, con dos comediantes ofendiendo la sensibilidad boliviana respecto al problema marítimo.
Insinuaciones en sentido de que nos dieran Punta Arenas, para que vayamos a pie al mar o que se nos diese el mar para que sepamos lo que es un tsunami. simplemente son ejemplos de un humor forzado, poco profesional y falto de respeto.
Lo feo es que el humor chileno, en éste caso, resultó de mal gusto y si a eso le sumamos el típico acento chileno vomitando las palabras como ametralladora, millones de televidentes latinoamericanos y en España, quizás no hayan entendido los chistes y acaso sea mejor así.
Lo feo es que un festival que se presume internacional presente a sus humoristas que, en su contexto propio, seguramente son bien entendidos, pero ya no allende las fronteras, sino ¿por qué no enviamos nosotros a Santalla, Fico’s Show o Rigucho?, ¿nos lo aceptarían?
En fin, sólo nos queda seguir resguardando nuestra cultura, y una forma de hacerlo es indicando al visitante extranjero lo que es nuestra cultura en todos sus matices, y qué mejor oportunidad este Carnaval en el que como danzarines reafirmaremos nuestra riqueza bailando y como espectadores, si estamos sentados al lado de un visitante, enseñando.
(*) Comunicador Social
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