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Domingo 09 de marzo de 2014

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Revista Dominical

Otro orgullo más para Bolivia:

Ch’ila Jatun: Sinónimo de identidad cultural

09 mar 2014

Por: Aníbal Abel Alarcón Caparroz - Escritor y poeta

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PRÓLOGO

Enalteciendo más aún nuestra heredad nacional entre montañas, collados o parajes altos del altiplano andino, como una saeta luminosa reflejando los maravillosos colores de la enseña tricolor y esparciendo a lo largo y ancho el orgullo de ser bolivianos, celebran su legítimo paso triunfal por tierras chilenas. Así surge a la palestra Ch’ila Jatun que con esa fuerza y arte cultiva la música en delicada interpretación de los instrumentos nativos. Ch’ila Jatun se suma así como fruto de rica bonanza enclavada desde antiquísimos años de la música folklórica boliviana; este grupo lleno de juventud en el cuerpo y sapiencia heredada en el alma (no cabe ninguna duda), fue clara y sobresaliente revelación del último festival (Viña de mar).

EXITOSOS INTEGRANTES

Jonathan Hermosa Andersen (Primera voz), Benjamín Frontanilla Hermosa (Bajo), Ulises Hermosa Fernández (Huangara), Luis Medrano Hermosa (Charango), Huáscar Hermosa Castro (Voz y vientos), Gonzalo Hermosa Camacho (Vientos), que es el director del grupo Ch’ila Jatun, integrante también del grupo Los Kjarkas, Branly Yáñez Enríquez (Batería), Jhonny Jara (Percusión), actual integrante del grupo Los Kjarkas.

ALGO DE LA CREACIÓN

DEL GRUPO

Ha surgido una nueva agrupación de música andina, se trata de los hijos de Los Kjarkas, son cinco primos que tienen en común la juventud y la tradición del apellido Hermosa. Son los hijos de Los Kjarkas que se han reunido en el grupo Ch’ila Jatun.

“El ser hijos y sobrinos de Los Kjarkas es una gran responsabilidad porque ellos son los más grandes del folklore, son inigualables; pero nosotros queremos que nos conozcan no sólo como sus hijos, sino como a músicos con identidad propia”, afirma Huáscar Hermosa Castro e hijo de Gonzalo Hermosa.

Junto a Huáscar, integran la agrupación: el vocalista Jonathan Hermosa Andersen (hijo de Elmer Hermosa), el bajista Benjamín Frontanilla Hermosa (hijo de Rosa Hermosa), el vientista Ulises Hermosa Fernández (hijo de Ulises Hermosa), el charanguista Luis Medrano Hermosa (hijo de Margarita Hermosa), el baterista Branly Yáñez Enríquez (hijo de Eduardo Yáñez) y Gonzalo Hermosa Camacho (hijo de Wilson Hermosa), como director.

“Desde niños tocábamos. Poco a poco empezamos a escuchar las composiciones de uno y de otro, y finalmente decidimos hacer las cosas en serio”, relata Huáscar. El nombre del grupo nació naturalmente: “Ch’ila Jatun significa “de pequeño a grande” y es que somos como una zampoña de tamaño y de edades que van de los 14 a los 24 años”.

Aunque en principio Los Kjarkas no los tomaron en serio, ahora los apoyan. “Han visto que estamos decididos porque nos hemos hecho la promesa de hacer de la música una profesión: o vamos a comer bien o no vamos a comer, pero juntos”, afirma convencido el primogénito del director de Los Kjarkas.

La decisión asumida se convirtió en trabajo y Ch’ila Jatun presentó su primer disco titulado “América del Sur”, como el primer corte, e incluye sólo composiciones de los integrantes como el tinku “Ella es música”, la tunka “Hombre de hoy”, la saya “La flaca” y otras.

“Ya nos vemos en escenarios grandes; tenemos el ejemplo de nuestros padres y podemos revolucionar la música boliviana”, dice esperanzado Huáscar.

Por su parte, Gonzalo Hermosa debutó en la música sin que su padre se enterara. “Nos escapábamos con mi hermano Wilson para ir a tocar; luego, cuando mi papá se enteró me regaló una guitarra y me dijo: ‘Ésta es un arma; te la entrego cargada, puedes destrozar tu vida o triunfar’”. “Por eso no puedo sino apoyar a mis hijos”, asegura el director del grupo Los Kjarkas.

“El músico nace, tiene una estrella definida, como nace el poeta o el científico, y en mi familia debemos agradecer que nacimos con la inclinación para la música. Huáscar y mis sobrinos han tomado una decisión y ello me da felicidad porque hacer música, que es uno de los condimentos de la vida, es un verdadero regalo”, dice.

Hermosa reconoce que la inclinación artística es innata en los miembros de Ch’ila Jatun: “A Huáscar nunca le he enseñado ni una pisada; él ha aprendido solo, mientras yo estaba viajando. Él sabe que eso es lo malo de este oficio, tanto trabajo también te aleja de la familia”, recalca.

LA PARTE POSITIVA

“Un nuevo grupo artístico, llamado Ch’ila Jatun, ha hecho historia nada menos que en Chile. Otro orgullo boliviano”, señaló el Presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, quien de igual manera expresó que los ganadores fueron los bolivianos.

Desde Chile, Huáscar Hermosa, miembro del grupo, sostuvo que la experiencia les enriqueció y que en sus tres presentaciones dieron alma, vida y corazón. “La experiencia nos ha enriquecido mucho, hemos conocido los diferentes colores y la diversidad cultural y folklórica de nuestra patria”.

También se notó la solidaridad entre los participantes y contó que ganarse al público chileno fue difícil. “Estuvimos bien parados como bolivianos; al tocar nuestra música nos entregamos y al final la recompensa fue el aplauso. Hemos transmitido un mensaje de unión para que Latinoamérica sea una sola”, resalta.

LA PARTE NEGATIVA

Nuevamente se repite la historia, no es la primera y única vez la actitud que demuestra un sector de la colectividad chilena, lastimosamente se incluyen en este aspecto, los propios organizadores de dicho festival. Si realizamos una rápida rememoración sobre lo acontecido, nos remontamos a años anteriores cuando una agrupación “plagiando”; la auténtica danza de la Diablada, se presenta en el referido festival y hace el ridículo que avergonzó hasta las fibras más intimas de un país que desde todo punto de vista es rico en bagaje folklórico y cultural.

RESUMEN

Un pueblo que por diferentes razones ha perdido su identidad cultural está destinado a “usurpar”, el rico folklore de otro pueblo contenido en sus costumbres y tradiciones inmersas en cada región, nos referimos a las danzas, música y baile en comunidad, con su colorido, vestimenta y coreografía. Esta maravilla que nos legó la naturaleza es celosamente custodiada y venerada por ser obras maestras de nuestro pueblo como patrimonio y conservadas desde nuestros antepasados; por lo que folklore es la ciencia de las tradiciones y costumbres de un país con sus leyendas y tradiciones, toda esa riqueza es Bolivia.

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