Viernes 07 de marzo de 2014
ver hoy
Los orureños, tenemos el valor de reconocer una falta o error y no actuamos como aquel diputado que sostuvo estar arrepentido de haber nacido en Oruro, al no conseguir cambiar la historia.
Sobrellevando el momento aciago que vivimos por lo acontecido el Sábado de Peregrinación, es hidalgo admitir como causa de tremenda desgracia a la improvisación e imprudencia.
No solo aquí, sino también en otras ciudades, es costumbre hacer las cosas a última hora, razón válida para instalar a la rápida, una pasarela en la avenida 6 de Agosto, no dándole su verdadera función al permitirse imprudentemente, la concentración de espectadores en un paso peatonal, ocasionando el fatal desenlace.
Personalmente, nadie puede aprovechar la ocasión, para sacar rédito en su beneficio. Desgraciadamente, ello ocurrió con un Concejal Munícipe, al señalar que los trabajos emprendidos por la Alcaldía con motivo de la fiesta folklórica fueron a último momento.
Esa aseveración significa actuar como el cojo culpando al empedrado de su caída, por no saber ejercer su labor fiscalizadora, haciendo la observación con antelación y no acordarse cuando el manto de la muerte cubrió el acontecimiento religioso.