Lunes 03 de marzo de 2014
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Cada vez que navegamos por internet nos asaltan múltiples anuncios. Pueden ser de coches, de bancos, de móviles, de ropa o, incluso, de algo que hubiéramos buscado con anterioridad desde nuestro ordenador. Suelen ser anuncios que se agrandan hasta alcanzar la el tamaño completo de la pantalla y no dejan ver su contenido hasta que el consumidor no los cierra. Nos crean necesidades absurdas y nos insisten hasta que accedemos a comprar. Disponen de nuestros datos porque otros se los venden.
Google AdWords es el programa que utiliza Google para ofrecer espacios de publicidad a anunciantes. De este modo nos aparecerán vistosos avisos sobre lo que hayamos buscado en ese mismo instante. Nos insisten hasta vendernos sus artículos. Las empresas se benefician cada vez que alguien pulsa en su anuncio. Su precio no es fijo, varía en función de la oferta y la demanda. Puede estar en 0,03 dólares o llegar a los 54 dólares por click. Con la introducción de este sistema en el año 2000, Google dejó de ser un buscador libre. Antes no estaba influenciado por ninguna entidad privada por lo que garantizaba independencia en los resultados de cada búsqueda. En el momento en el que empezó a introducir publicidad, se puso al servicio de los anunciantes.