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Domingo 02 de marzo de 2014

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Revista Dominical

Magnificencia de nuestro Carnaval

02 mar 2014

Fuente: LA PATRIA

Por Aníbal Abel Alarcón Caparroz - Es poeta y escritor

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Correlato.- Con ese gesto de atrayentes, fulgurantes y finas filigranas..., “con tintes lujosos”, de los que dejan romperse hasta indescriptiblemente miles de burbujas llenas “aún”, de inmaculada magia... Ahí está nuestro Carnaval con su reconocida prestancia multifacética, siendo al presente única en su género, cultural y ancestral.

El Antruejo.- Rigurosa y maravillosa presencia de millares de danzarines dispuestos a mostrar el riquísimo bagaje de danzas folklóricas donde resaltan en cada conjunto en especial su notable característica coreográfica, una y mil veces expuesta en forma airosa al público apostado durante todo el trayecto de peregrinación, en magistral representación de nuestros antepasados, reavivando esta manifestación desde todo punto de vista de modo espectacular. En ese contexto, prestos a vivir, disfrutar, y compartir en desbordante colorido, los mágicos momentos en dimensión superlativa. Así se entrelazan metáforas de cuerpo y alma en devoción a la Virgencita del Socavón.

Avenida del folklore.- Multitud de gente a los lados del escenario reducida en partículas multicolores, unas veces con movimientos tenues y otras desprendiéndose de sus cuerpos en desbordante alegría por el paso en ritmo coreográfico de cada conjunto folklórico. En todo el ambiente se exhala ligeramente un humor que contagia al visitante viajero que disponiendo de su cámara filmadora procede a tomar imágenes imperecederas exclamando estar maravillado por el espectáculo; mientras tanto, y a la vez se divisa el follaje multicolor de diminutas banderillas que adornan “el recorrido”. Así el esplendor acompaña con guirnaldas cuál meteoros luminosos que rodean el magnífico ambiente; resalta la prestancia de música contagiosa, envolvente y concéntrica al vaivén de trompetas y trombones dispuestos en señal distintiva fruto de otro espectáculo más por doquier.

En la plaza principal.- Como personajes que figuran en un cuadro, o dibujos que representan el bien o el mal, logran arribar al “Escaparate” (plaza 10 de Febrero), lugar de la magnificencia del Carnaval en viva demostración sin límite alguno y de misterios ninguno, es la contagiosa danza de refulgentes y curiosas pasiones hasta diabólicas que se entrelazan produciendo tendencias metafóricas de mágicos momentos desbordantes en cuerpo y alma..., polifacéticos ejes culturales que rodean el centro de la planicie andina.

Avenida Cívica.- Sin tapujos ni ataduras y revestidos de la enorme fuerza espiritual en la grandiosa revolución de colorido, están prestos a demostrar con su danza y coreografía, haciendo vibrar el piso al paso y al ritmo tendencioso que contagia hasta el mismo espíritu; es sin ninguna duda innata pasión nunca del todo conquistada. Arriba, miles de miradas concentradas en el bello espectáculo.

Explanada del folklore.- Danzantes que pierden parcialmente el aliento expuestos de frente al sol, casi culminando el recorrido -experiencia sui generis- en la comunión de caretas, máscaras con voces y gargantas entonado notas musicales y cánticos agolpados en derredor con matices festivos del Carnaval. Son inenarrables momentos de fe sin límite pero con fervor hacia la Mamita Candila. Así se unen el pasado y el presente con música de fondo que retumba en todo el área circundante, combinando la inigualable coreografía y acompañando ofrendas multicolores en demostración de rico colorido para la festividad, que año tras año se viste el lugar de mágicos momentos de goce multidimensional, con arcos y platerías mostrando matices unas veces exóticos y otras eclécticos.

En el atrio de la capilla.- Todos preparados; se entremezclan rebosantes de alegría y a la vez se denota cansancio en cada uno de los danzarines ya de visita, en algunos instantes más hacia la imagen inmaculada de la Virgen del Socavón; son momentos de profundo silencio inmerso de pronto en un diminuto “yo”, poseído, la multitud como nunca contiene un momento de respiración, todo se llena de hálito fugaz indescriptible de devoción para ingresar a la capilla y darle las gracias por haberle(s) permitido llegar hasta ese místico y sagrado lugar y a la vez en un presente subjetivo, permitirle(s) bailar durante tres años haciendo promesa de fe y de rodillas a los pies de la imagen, que desde lo alto ilumina el entorno de los fieles que orando le ruegan fortalezca su espíritu para volver Dios mediante el próximo año en legítimo y sincero pedido.

Fuente: LA PATRIA
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