CONVITE: Compromiso de bailar retribuido con un buen trato
01 mar 2014
Fuente: LA PATRIA
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La historia cuenta que para organizar una fiesta patronal, se nombraba a personas responsables, a quienes se les daba términos especiales, porque implicaba una especie de poder dentro de los grupos llamados cofradías.
Uno era el alférez que pertenecía a cofradías pequeñas y humildes, pero que se daba la tarea, durante un año, de organizar la fiesta. También estaban los “presteríos” a cargo de los prestes, que tenían un poco más de posibilidades económicas, pues podían dotar de ciertos beneficios dentro de la fiesta.
Y por último, están los pasantes que eran personas conocidas en el medio social de la misma cofradía, incluso en el pueblo y ellos se encargaban de realizar la fiesta, con las mejores galas y lujos.
Una de las fiestas más importantes en Oruro siempre fue la de la Virgen del Socavón, y el trabajo de los pasantes comenzaba desde el Lunes de Carnaval, cuando eran nombrados. Entonces organizaban las veladas continuas, y debían pensar en una danza, pues eran ellos los que elegían, de acuerdo a su gusto y también a su disponibilidad económica.
No era lo mismo bailar de moreno o diablo que implicaba cierto gasto económico; que bailar de inca, que era realmente carísimo.
Los danzarines debían hacer también de actores porque se realizaba una representación teatral en el atrio de la pequeña capilla del Socavón del siglo XIX.
Después de la fiesta de Todos Santos, en el mes de noviembre, es cuando empieza la verdadera organización de la fiesta para la Virgen del Socavón, ya que se esperaba el domingo luego de esa celebración, para conseguir bailarines y actores, además de los encargados de los cargamentos y arcos de plata dedicados a la Virgen.
En el caso de la alimentación, la atención en la casa, los recuerdos, la explosión de toritos y fuegos artificiales, la banda, el local y otros, eran un tema económico, sin embargo, en cuestión de la danza, ni del teatro podían ser remunerados con dinero, por lo que se invitaba específicamente a varones, desde niños hasta adultos, para que formen parte del grupo y comiencen a ensayar la danza elegida por los pasantes.
El Primer Convite se hacía al momento de la invitación, cuando el pasante iba con una ofrenda de masitas, golosinas y bebidas a la casa del futuro danzarín y le comprometía para bailar, si aceptaba, éste, cualquier domingo del mes, podía ir donde la Virgen del Socavón y ratificaba su compromiso.
El Último Convite todavía se da a través de las tres instituciones más antiguas del carnaval: la Gran Tradicional Auténtica Diablada Oruro, el Conjunto Folklórico Morenada Zona Norte y el Conjunto Folklórico los Incas, que el mismo día de la entrada, luego de salir del Santuario, confluyen en las calles Cochabamba entre Linares y Camacho, antes del mediodía, donde los esperan los pasantes con comida y bebida.
Aunque con el transcurrir del tiempo la palabra “Convite” ha sufrido un cambio de semántica en su interpretación, no ha perdido la esencia. Muchos han confundido el Convite con ensayo, pero es diferente, luego del ensayo viene el convite, que es ese momento de compartir y confraternizar. Hoy se conoce como Primer Convite al recorrido que hacen los danzarines al Santuario de la Virgen del Socavón el primer domingo del mes de noviembre, y hacen su promesa de bailar y en el Último Convite, una semana antes del Sábado de Entrada, los danzarines ratifican esa promesa.
Agradecimiento a Jesús Elías por los valiosos datos brindados de forma desprendida y desinteresada.
Fuente: LA PATRIA
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